¡Tengo una idea!

Tania llevaba algo ligero y después de cenar algo muy ligero, junto con Eltanin fue a ver a su suegra.

—¿Dónde están el Príncipe Ileo y la Princesa Anastasia? —preguntó mientras cruzaban el vestíbulo principal.

—Ileo ya terminó con Kypho. Anastasia quería ir a algún lugar donde pudiera volar libremente. Entonces Ileo la llevó a una de nuestras cabañas en Eslam —informó Eltanin—. Pero sabía que Ileo era un espíritu libre. Quería a Anastasia solo para él y Eslam quizás era el mejor lugar donde podrían devorarse mutuamente sin interrupciones.

—¿Cuándo volverá? —preguntó Tania impaciente.

Eltanin la detuvo. Colocó sus manos en sus hombros y dijo:

—¿Por qué estás tan alterada, amor? Toma las cosas con calma. Estamos a punto de ir a por todos aquellos que te han hecho daño. No nos apresuremos en este momento. La paciencia es la clave.

Tania se mordía los labios. Luego miró a sus ojos y dijo: