Comprensión

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Cuando Qiao Nian escuchó esto, sintió un nudo en la garganta. Por un momento, no pudo hablar.

—¿Podría ser que Mamá no me quiere porque no soy obediente?

Qiao Nian realmente no sabía qué decir. Sin embargo, al ver a Gu Qi sosteniendo sus manos con inquietud, se apresuró a decir:

—No dejes volar tu imaginación. ¿Cómo puede tu mamá no amarte? ¿Cómo puede no quererte?

Cuando Gu Qi escuchó las palabras de Qiao Nian, su ceño se frunció aún más. Realmente no podía entender por qué su madre no lo visitaba cuando claramente aún estaba viva.

De repente, Qiao Nian pensó en sí misma. Su familia también era un desastre. No obstante, después de crecer, se dio cuenta de que esas personas no eran su familia en absoluto.

Pero Gu Qi era diferente. Todavía era un niño y necesitaba la compañía de su madre. Solo así podría crecer sano y feliz.

Cuando era joven, se sentaba en el campo todos los días, pensando en cuándo vendrían sus padres a visitarla.