**El sujeto se espantó del miedo y se quedó quieto, sin moverse, casi llorando con lágrimas afuera.**
Así es, el sujeto tenía conocimiento de, por lo menos, el poder de las armas de fuego, que no eran permitidas en el país de los exiliados.
—¡Ayúdenme, por favor! —El hombre pide ayuda al grupo protagonista abajo en la tierra del coliseo.
Irina...
Yeli...
—¿Qué demonios pasa? Esto es mucha demencia —dice Kevin.
Neri y Franc dan un paso al frente.
—Ambos ya nos cortamos. Aquí en este paño blanco está nuestra sangre —dicen de manera muy tranquila—. Compórtense también y salvarán vidas.
—Lo siento, pero eso no va a pasar —dice Rias.
—¿No te interesa tu vida? Capaz y nosotros somos los siguientes —dice Neri muy impaciente.
Sebastián ríe osadamente.
—Mira bien al público, pequeño ángel.
Hijos transformándose en armas, padres en soldados, asientos transformándose en soldados, dejando inmovilizados a los que estaban sentados. Hasta el que reparte golosinas transformándose en soldado, la mascota transformándose en un robot con lanzallamas que usa para amenazar a las mujeres y hombres que intentaban irse.
Personas intentando trepar el muro del coliseo.
Más del 50% son armas y soldados, incluyendo estructuras, más el 20% armados con escopetas.
—Ahora sí comienzan los 5 minutos. ¿Quién de ustedes tiene la sangre más roja?
Irina, muy serena, sin perder un ápice de compostura, dice:
—El semirreino tiene prohibida la entrada a las tierras de los exiliados. Esto es una declaración de guerra, así que no va a haber acuerdos con ustedes.
—¡Jajajaja! ¿Quién te crees que somos? Nosotros somos un semirreino porque queremos. Todo ha sido para este momento. Nos haremos un reino apenas dominemos a los exiliados —dice con gran gozo Sebastián, alzando su puño al cielo.
—Eso no va a pasar —objeta Irina.
—¿Y cómo estás tan segura?
—Porque solo eres un maldito robot meat de los 4 supuestos grandes. Y dime, ¿cómo sigue tu brazo?
—¡Maldita! Así que eres tú. Tienes agallas, pero eso no te va a durar mucho, maldita arrogante —esta vez la furia se notó mucho en el tono de Sebastián.
Los ojos se le hincharon de rojo de la furia contenida. Al quitarse la manta, una parte del brazo era metálica.
—Esto se salió de control. ¿Estás segura de esto, Irina? ¿Podrás escapar de esto? —dice Rias muy desesperada.
—Hmmm —las dagas de su cintura vienen a sus manos como si tuviesen vida propia, pero no fue así porque una electricidad se vio en el movimiento de las dagas de camino a las manos de Irina. Era más como una especie de magnetismo. Irina enterró las dagas en el suelo y ambas brotaron con magnetismo y relámpago.
—¡Atracción de metales! —gritó fuertemente con los ojos un poco rígidos y mirada entrecerrada.
Las armas y soldados comenzaron a sentirse atraídos involuntariamente a la parte baja del coliseo, pero estos se resistían. Lo que sí voló hacia Irina fueron las escopetas, todas y cada una cayeron a un lado de ella.
Sebastián no puede creer lo que está viendo.
—¿Qué diablos es eso? Tú no eres elementalista, eres solo un linaje de sangre maldita.
Irina sonríe y declara:
—¡Esta sangre no es maldita, o mejor dicho, solo es maldita para ustedes!
Irina extiende sus manos.
—¡Atracción sangrienta! —Los ojos comienzan a votar sangre y, a la vez, las rayas rosadas en el iris se hacen gráficamente muy visibles y escandalizadas.
La sangre los atrae, haciendo de imán al metal de su daga, que es quien tiene como catalizador de atracción a Irina.
—Sencillamente, mi daga hace de imán y tus escopetas quedan inutilizadas, Sebastián.
Los soldados todos caen uno a uno al lado de Irina.
—Además, todos los soldados a su vez los atraigo con mi sangre.
—¡Maldita demonio! —Sebastián, incrédulo, manda al ataque a todos los soldados.
—Chicos, encárguense de estos soldados. Mantendré algunas armas bajo el magnetismo de una de mis dagas.
Irina recoge una de sus dagas.
—La necesitaré para vencer a este robot meat. Con una será más que suficiente —expresa Irina.
A lo que Yeli responde:
—En verdad es muy fuerte —saca su katana y dice—: Yo y mi compañera Shirasaya seremos más que suficientes para acabar con estos enclenques.
—No te confíes, tendrán acceso a armas de fuego de alta energía. Casi todo el coliseo está lleno de soldados verdes del reino semi.
Rias anuncia a todos:
—He investigado de sus soldados. Se les llama Sherys, los que son directo del semirreino militar.
Neri:
—Solo hay que acabar con todos los Sherys.
—Sí, hagamos lo nuestro y ese cofre indiscutible va a ser de nosotros —es lo que dice Franc.
La audiencia estaba maravillada con la salvadora Irina y su grupo que tenía tanta determinación. Todos se unieron en las gradas e hicieron una barricada para proteger a niños y mujeres. Los que tenían algún conocimiento en combate o un arma, aunque sea un cuchillo de cocina que alguien se hubiese traído por accidente, se ponían adelante por si estos los atacaban.
—¡Vamos, equipo Six, ustedes pueden!
La audiencia los vitoreaba, pero no salían a ayudarlos.
Kevin solo podía pensar en lo débiles que eran, pero está bien, cada quien en su mundo, dice Kevin.
Kevin se quita su traje de vestir que se había colocado antes de entrar al coliseo de la ambición, colocándose así prendas en la cintura.
10 soldados se levantaron, y 5 agarraron armas. Incluso aunque pudieron levantarse, hay 5 armas que les pesaban y las miras se les iban a todos lados, como si alguien les hubiese hackeado el apuntado.
Rias saca una carta.
—Escúchame, tierra, y golpéalos con furia. ¡Earth Cart!
Suelta la carta, y esta atraviesa el suelo y sale una mujer de piedras, igual que Irina, con sus dos dagas.
Irina volteó al ver la habilidad de Rias y sonrió al ver que la figura de piedra se parecía a ella.
Yeli...
Kevin ríe vivazmente.
—¡Jajajajja! Así todo será más fácil. ¿Qué tan fuerte será?
La Irina de piedras sale, y el soldado que más controlaba la mira le dio un escopetazo y le voló el brazo. Acto seguido, esta saca dagas de piedra y se las lanza: una en la boca de cañón de la escopeta, otra en el casco que, a duras penas, parte en grietas pero no le atraviesa.
La Irina de piedra comienza un combate cuerpo a cuerpo con el Shery. Este suelta el arma porque estaba inutilizada. Se golpean, pero ambos están protegidos por armaduras.
¡Cataplum! Hasta que Irina cae al suelo, y el soldado, con todo el traje agrietado, dice:
—Este es tu fin.
Acto seguido, saca un bastón con el que, al tocar a la Irina de piedra, la electrocuta y convierte en polvo poco a poco. Pero esta se comienza a regenerar de pronto.
—¡Soy de tierra, además puedo absorber tu electricidad! ¡Este es tu fin!
Abre su boca, disparando un rayo eléctrico con el que hace polvo a la armadura del Shery. Al estar sin armadura, esta le proporciona una patada por debajo de los pies y un codazo en el estómago. Luego, que cae al suelo.
—¡Ahhhh! —Una bocanada de sangre escupe, y este queda inconsciente y electrocutándose por la electricidad.
Los otros 4 soldados se quedan mirando al grupo, comentando entre sí:
—Esto no estaba previsto. Son muy fuertes.
Yeli se emociona y expresa a Rias:
—Es muy fuerte, pero yo quiero un reto. Así que, vengan los 4 para mí sola.
—¡Qué grupo tan fuerte y osado tengo!
Yeli sonríe débilmente.
—¿Tengo permiso para acabar con esos 4 con armas, líder?
Kevin desliza su mano por su cabeza.
—Está bien, nosotros acabaremos con los desarmados.
—Parece que sí somos los más débiles —opinan Neri y Franc.
—Cada quien es fuerte en lo que hace —manifiesta Kevin con sus gestos.
Mientras tanto, Irina:
—¿Crees que me ganarás y solo con una daga?
—La daga es para no matarte. El ganarte es con o sin ella —dice de manera nada sutil Irina.
Sebastián llega a su límite.
—¡Maldita arrogante! —El antebrazo comienza a transformarse de la misma manera que los Sherys se transforman.
Ya Irina lo había visto porque fue lo que la hizo perder la guerra. Ella sabía en qué consistía. Y en el semirreino militar lo llaman Metamorfosis Robot Meat.
Eso consiste en transformar una máquina en humano y un humano en máquina. Todos esos humanos que se transformaron son solo las armas, y los verdaderos humanos toman apariencia de personas o objetos. En personas, solo cambia una parte de su cuerpo, y en objetos, son anestesiados, distorsionados para luego salir.
Cuando esta anestesia pasa a las máquinas, los despiertan. Estos no se transforman, sino que se arman para luego inyectarles la metamorfosis una vez construido el objeto —dice Irina a Sebastián, pero lo suficientemente fuerte para que el grupo escuchase.
Por otro lado, Irina de piedra destruye el arma con un rayo por la boca de electricidad que disparó al arma. Esta se agrietó. Acto seguido, se volvió como traslúcida, el arma como si se desvaneciera.
Esta se transformó, pero pieza por pieza, al dividirse: piernas, abdomen, cabeza, cabello. Se unió como si fuese un espacio en donde se construye un humano. Sale una chica con uniforme blanco, una gorra militar con cabello azul, más un brazo de metal y un orificio en la mano.
—Me presento, mi nombre es Celica, una de los 4 Cyborgs del reino militar semi.
—¿Qué? —Irina se sorprende.
—Entonces, la guerra es oficial —dice.
—Así es, condesa Irina. Yo, la 3 al mando, seré quien tenga la misión de apoderarme de este reino de los exiliados o país, da igual, son solo exiliados.
—"Control Return" —dice Celica, y el magnetismo de Irina es quitado.
—El 50% del coliseo son nuestros aliados, pero soldados no ganan guerras. Eso lo sabes bien, ¿no, Irina?
—No pudiste ni podrás con nosotros —dice Celica.
Todas las armas en el coliseo comienzan a distorsionarse y cambiar de posición una de otras, hasta llegar a armar a una persona más: una niña de ojos amarillos, ondulaciones gris y cabello rosado cereza.
—Esta es la 2 al mando, Bonny, quien controla a todas las demás armas —afirma Celica.
Armas, metales giraban alrededor de Bonny. Estas las encogía, transformándose en una armadura linda: una lanza con punta de viento de diamante y amarrada con un listón rojo, más un aura eléctrica.
—Solo somos 3 Cyborgs del semirreino, y el líder también está acá, pero está entrando por la puerta principal.
—Ahora, dime, ¿qué puedes hacer, Irina? ¿O mejor dicho, Ryla? ¿O cómo prefieres que te llame? ¿La condesa o Lux Yner? —señala Celica.
—Ya sabes cuál es mi nombre, entonces —dice Irina mientras una expresión de desdén es mostrada.
Yeli...
Rias y Kevin pensaban:
—¿Cuántos secretos? Y es oficial la guerra del semirreino militar. ¿Quién diría que eran Cyborgs?
Bonny, como si nada fuera su problema, estaba con un bello vestido rosado en el pavimento, y su lanza de pie al lado de ella, flotando.
—Qué hermoso es este coliseo. Y esa gente, ¿por qué está espantada?
Obviamente se refería a la audiencia. Poco a poco se levantó, volando con alas robóticas que le salían y la despegaban del suelo. Las turbinas eran de aire y un fuego azul. Por su parte, por otro lado, la lanza se movía junto con ella.
—Tranquilos, mis lindos súbditos. Yo soy misericordiosa. Solo pónganse estos collares en el cuello y van a ser fieles a mí y podrán vivir su vida con tranquilidad.
Una flama negra comenzó a salir de la boca de Bonny, y el fuego se convierte en una masa negra frente a la barricada de la audiencia.
De pronto, la masa negra se divide en collares negros, quedando una montaña de collares negros con un broche azul para colgárselos.
—Serán libres de colocárselos, serán salvos, pero si no, no aseguraré sus vidas. Y en su momento podrán retirárselos solo cuando se ganen la confianza del Roblox 8, el rey.
La audiencia comenzó a pensarlo y decidieron colocárselos por las mujeres y niños. Esto sería un reclutamiento de gente en el país de los exiliados.
—La cosa se complica —piensa Kevin.
Yeli se comienza a impacientarse.
—¿Qué hacemos, Kevin? ¿No los tendremos que colocar?
Sebastián convierte su brazo en una metralleta Gatling Gun.
—Ustedes morirán sin colocárselos.
Neri interrumpe:
—La segunda al mando no dijo nada sobre matarnos. El 4 no tiene nada que decir.
Celica ríe débilmente y dice:
—Es verdad, no tenemos nada en contra de ellos, a menos de que ataquen.
—El verdadero problema va a ser la condesa. Por el historial que tenemos, ¿no, Irina?
Celica expresa con una mirada fría:
—Es obvio que ya no eres parte de la monarquía, pero aún quieres venganza. Así que no eres alguien que debamos subestimar. El collar a ti no te hará efecto. Así que, ¿te parece si pactamos un trato?
Bonny interrumpe a Celica:
—Un momento —y se acerca directo a Celica.
Irina...
Bonny...
—Me disculparás por eso, Ryle.
Irina suspira:
—¿Qué otra opción tenías? Gracias a Dios sobreviviste. En serio, estoy muy feliz.
Las lágrimas de Ryle casi salían, y Bonny rompió en un pequeño llanto.
—Eres y serás siempre mi mejor amiga.
Un abrazo extremadamente genuino le da Bonny a Ryle.
—¿Qué está pasando? —pregunta Yeli a Celica.
Celica se agarra el cabello mientras un aire sopla fuertemente.
—Es una larga historia, pero antes de que perdiera la guerra, o mejor dicho, antes de que la resistencia cayera, Bonny y Ryle eran las que estaban al mando de la resistencia del reino semirreino de la paz.
Bonny, con ayuda de su gente, en una reunión, antes de que Ryle firmara un acuerdo de paz e independencia de reinados, la atacaron por la espalda, siendo Bonny quien la sujetó y golpearon hasta dejarla inconsciente.
Kevin, Yeli, Rias, e incluso Neri y Franc estaban sorprendidos.
—¿Por qué la traicionó? ¿Era ya el firmado de paz? ¿O acaso ella quería más guerra? ¿O es que siempre fue una espía?
Celica se ríe y dice:
—No.
—El tratado de paz fue una farsa de Bonny para que se concentrase en leer antes de sujetarla. Y los demás que entraron eran su gente más fiel, quien, con lágrimas en sus ojos, golpearon para que no pudiese utilizar su flujo de sangre. Luego le sacaron sangre para que se desmayara por un tiempo considerable.
Rias, muy perturbada, pregunta con mucho tacto:
—¿Por qué hacen tal acto de traición?
—Es sencillo —dice Celica—. La guerra no la íbamos a ganar. Ya nosotros, nuestro rey, habíamos mostrado el poder final absoluto, siendo así una muerte segura para todos. Solo querían que su condesa viviera por ellos una vida, que quizás todos habían vivido por poco tiempo, pero ella no. Desde los 14 años se proclamó condesa heredera bajo el nombre de Lux Yner y ganó mucho territorio e hizo la vida de muchos un paraíso.
Kevin estaba sorprendido, y un atisbo de sentimiento brotó de él.
—Es una excelente mujer.
Rias lloraba y decía:
—¿Por qué? ¿Mataron a su gente? Eso no es justo —lloraba casi que gritando.
Yeli, con lágrimas en los ojos, decía:
—Imagino que los nobles se resistieron a dejar de ser monarcas, ¿no?
Celica asintió.
—Al todos los nobles rechazar una forma de gobierno, tuvimos que tomar medidas. Los padres de ella no fueron la excepción. Nuestro rey nos ordenó masacrar a todos porque, si no, la cadena de odio continuaría. Y no ha cambiado de parecer, sino que... —Celica dudó mientras dijo—: El rey me parece que puede estar equivocado.
Sebastián:
—¿Pero qué dice, su excelencia? Si es el rey.
Bonny suelta a Ryle y dice:
—Es cierto lo que ella dice. Parece que el rey es un robot y no un cyborg, y ha sido programado para ser el guardián del mundo. De alguna manera, su programación es ser el rey de todos por estar por debajo de él. Dice que ningún monarca humano, solo él es eterno y no flaquea.
Yeli:
—¿Una máquina quiere ser nuestro amo? Eso es un invento muy humano.
A Bonny se le abrieron los ojos.
—Es verdad, no había pensado en eso.
—Interesante teoría. Pero antes de tocar temas delicados —Celica mira a las dos personas de aspecto de bandidos—: Ustedes dos decidan si van a morir por una causa o van a vivir como siempre lo han hecho —apuntando a Neri y Franc.
—¿A qué se refiere? —contesta Franc.
—Si deciden unirse a las filas de Roblox y vivir tranquilos o morir peleando en contra.
Neri toma el collar y dice:
—Lo siento, chicos, no somos como ustedes.
—Yo igual —dicen Franc.
—No se preocupen, nadie los juzgará. Suerte con su vida —expresa con alegría Rias.
**¡Lick!**
—Nuevo súbdito incluido. Nivel en el ranking: Neri nivel 20 y Franc nivel 15.
Celica opina:
—En verdad son muy fuertes. Son un grupo de temer.
—Nos viene bien ese halago —dicen Franc y Neri.
—A ustedes ya les medí sus genialidades y talentos. No tienen nada que el collar pueda subyugar —les dice al grupo de Kevin, Bonny.
—¿O sea que el ranking es para soldados y no para altos cargos, no? —dice Rias.
—Así es. Los altos cargos son solo 4, y la condesa derrotó al entonces segundo al mando, que era Sebastián.
—¿Qué? ¿Pensaban que yo era débil? —expresa con impaciencia Sebastián.
—Entonces, quiere decir que el que selecciona los cargos es el rey, sin tomar en cuenta nada más que su percepción.
—Así es, y puede que nombre cargos más elevados, pero aún no conocemos a nadie.
—La primera es Bonny, pero puede que vea a Ryle, pudiendo haber posibilidades que la vuelva la primera. Es una teoría.
—Irina, bueno, si estás tú conmigo, ya no estaré sola —le dice a Bonny.
Bonny sonríe mucho y la vuelve a abrazar.
—Te quiero mucho, hermana mayor.
—Me gusta que todo acabara así, no tan mal.
—¿Acabar así? Eso no será posible. ¡Mi orden es matar a la condesa, y si se anteponen, los mataré!
—Imaginamos que pasaría algo así —dice Bonny—. Yo me encargaré.
—No te preocupes, esta es mi batalla —dice Irina.
—Entonces, ustedes dos, Neri y Franc, ya no son parte de nuestro grupo. Se les extrañará. Bien, mejor desalojen esto con la audiencia.
—¡Booommm! —Celica lanza una expansión de onda sónica, haciendo un agujero en la pared enorme—. Salgan por allí.
—Adiós, grupo. Los extrañaremos —dicen Neri y Franc antes de irse.
—El grupo de Kevin ahora somos Rias, Yeli, Ryle y yo, Kevin. 4, porque a pesar de todo, aún no sabemos si son de fiar.
—¿Ehhh?
Celica sonríe delicadamente.
—Solo nuestras armas obedecen al rey. Nosotras en sí no tenemos un collar ni nada. Y nunca he sentido que el rey me hackee, al igual que Bonny o a Sebastián. Tampoco le cambia la realidad. Es solo que se niega a creer.
Rias:
—Ah, ya. Imagino que toda su vida fue un mayordomo. Ahora que le dieron una posición aparentemente importante, se le distorsionó la realidad y se niega a ceder.