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Noche de chicas (Parte 2)

Las chicas ponen en marcha el plan al invitar a bailar a los amigos de mi objetivo, ellos no lo piensan ni dos veces, aceptan la propuesta de inmediato. Aquel chico se queda en la barra bebiendo los tragos que ya habían pedido con sus amigos antes de que los abandonaran, el alcohol que he bebido durante el día ya está haciendo su efecto, me siento más ligera y con mucha más confianza, pido un trago más antes de levantarme de la silla, camino hacía aquel chico siguiendo las instrucciones que me dio Jen, me siento junto a él lo miro y sonrío.

— Hola. — Me saluda él primero. — Estaba a punto de ir contigo.

— ¿Ah sí? — Me pongo un tanto nerviosa.

— Sí, tus amigas se robaron a mis amigos y los dos estamos solos ¿Eres tímida no?

— Sí, mucho.

— Yo también. — Se ríe. — ¿También te trajeron para enseñarte a ligar?

— Sí. — ambos reímos.

— ¿Cómo te llamas? Yo soy Justin.

— Kate.

— ¿Puedo invitarte a un trago?

— Sí ¿Qué estás tomando?

— Una cubata.

— Quiero lo mismo.

El plan que desarrollamos con las chicas se fue al caño en un segundo, pero debo admitir que fue reemplazado por algo quizás mucho mejor; Justin es un hombre bastante interesante, está en el último año de veterinaria, le gusta tocar la guitarra acústica y en su tiempo libre hace senderismo, los temas fluyen con mucha naturalidad, me siento en verdad muy cómoda hablando con él.

— ¿Te gustaría bailar? Tengo dos pies izquierdos, pero prometo hacer mi mayor esfuerzo para no pisar tus pies. - Se rie de sí mismo.

— Me encantaría. - Tomo su mano para que me guíe al centro de la pista.

Ambos bailamos al ritmo de la música, Justin de hecho es muy bueno bailando no sé de donde sacó la idea de que no sabe hacerlo, al sonar una canción romántica él me acerca tomándome por la cintura, nuestras miradas se fijan la una en la otra.

— ¿Te molesta estar así de cerca? — Pregunta acercándose a mi oído.

— No para nada.

Seguimos bailando muy acaramelados hasta que una chica rubia nos interrumpe empujando a Justin para alejarlo de mí.

— Sabía que me estabas engañando. — Grita furiosa. — ¿Quién es esta zorra?

— Tú y yo terminamos hace una semana Erica ¿Qué estás haciendo aquí?

— ¿Quién es ella? ¿Me dejaste por esta cualquiera? Al menos hubieras buscado a alguien más hermosa que yo y con más clase.

— ¿Cómo me llamaste? — La observo bastante molesta.

— Justo por esto terminamos, no puedes hablarles así a las personas, además de ese comportamiento impulsivo y tóxico que tienes últimamente, por favor vete de aquí.

— No me iré si tú no te vas conmigo.

— Ni creas que voy a ceder a tus chantajes.

— Justin si no vienes conmigo ahora jamás voy a regresar contigo ¿Entiendes?

— Ese es el punto, ven vamos.

Justin me toma de la mano para sacarme de allí, nos apartamos de la multitud para volver a la barra, aquella pesada chica no se da por vencida, nos sigue hasta que logra tomarme por el cabello, me doy media vuelta para tomarla también por el cabello, jalo su cabeza hacía abajo y levanto mi rodilla, su frente choca con mi rodilla con fuerza, ella suelta mi cabello para tratar de defenderse, la tiro al suelo boca abajo doblando su brazo detrás de su espalda.

— Tranquilízate o no voy a soltarte. — Le doblo el brazo un poco más fuerte.

Justin nos observa boquiabierto puesto que él iba a ayudarme hasta que se dio cuenta de que yo tenía todo bajo control.

— Llamaron a la policía, ven te ayudaré a salir de aquí para que no te vean. — Dice alguien detrás de mí, aquella voz me recuerda a la de Shawn.

Al darme vuelta descubro que es Caleb, lo sé porque su color de ojos es distinto, de otra forma no podría descifrar si se trata se él o Shawn.

— Llévala a casa y arreglen sus problemas ¿Sí? Tú no deberías estar rogándole a un hombre para que regrese contigo. — Suelto a Erica. — Y tú revisa que tu celular no tenga alguna aplicación de rastreo — Me dirijo a Justin.

— ¿Aplicación de rastreo? — Justin observa a Erica intrigado.

— Vámonos. — Insiste Caleb.

Me guía hacía la salida de atrás, llegamos a un callejón donde caminamos en la oscuridad hasta llegar a la calle de la cuadra de atrás del antro.

— Kate ¿Cierto?

— Sí.

— Soy Caleb, uno de los hermanos de Denver, me recuerdo de ti porque te vi en la pizzería y en la fiesta.

— Sí, yo también te recuerdo. Gracias por ayudarme.

— No hay de qué, iba a ayudarte cuando vi que te agarro por el cabello hasta que me di cuenta de que puedes defenderte sola. ¿Cómo aprendiste a hacer eso?

— Recibí clases de defensa personal, además me crie con dos hermanos mayores, eso ayudó a formar mi carácter.

— Ya lo creo, dímelo a mí, yo tengo tres. ¿Qué harás ahora?

— Debería volver al antro, allí están mis amigas.

— Aún eres menor de 21 ¿No?

— Sí, ¿Por qué?

— ¿Tienes una identificación falsa?

— No.

— Entonces no te dejarán entrar, generalmente después de que llega la policía el de seguridad comienza a pedir identificaciones para dejar entrar.

— Demonios. — Digo en voz baja.

— Entonces iré al parqueo donde nos estacionamos. Tengo que llamar a mis amigas.

— Te acompaño, esta zona no es muy segura.

— Gracias Caleb, eres muy amable.

— No hay de qué, vamos.

Al llegar al estacionamiento encuentro el auto de Jen, pero no hay señal alguna de mis amigas, las llamo en repetidas ocasiones sin lograr establecer contacto con alguna.

— Es la última vez que salgo sin traer mi auto. — Respiro profundamente antes de darme por vencida.

— Tranquila, puedo llevarte a tu apartamento si quieres.

— No quiero molestar, podría solo pedir un Uber.

— No es molestia, mi motocicleta está por allá. — Señala la otra esquina del estacionamiento.

¿Motocicleta? Les tengo un poco de miedo, pero ya qué, seguramente conduce bien, intento tranquilizarme a mí misma.

Al llegar a su moto retira el casco del seguro.

— Ten, usa el casco. — Lo pone en mis manos.

Me lo pongo, levanto la visera e intento abrocharlo sin tener éxito.

— Déjame ayudar. — Caleb abrocha el casco sin esfuerzo. — Usa esto. — Me da su chaqueta. — Puede que te dé un poco de frío.

Sube a la moto para encenderla, la acelera un poco y deja que se caliente unos segundos.

— Súbete, si quieres sujetarte de mí está bien.

Al subirme lo rodeo con mis brazos, estoy casi aferrada a él, pone la motocicleta en marcha, yo cierro los ojos casi todo el trayecto, Caleb al sentir que estoy asustada por cómo me sostengo de él, disminuye la velocidad, en menos de cinco minutos llegamos a la torre de apartamentos.

— Gracias por traerme, te debo una.

— No hay de qué, gracias a ti por llevar a mis hermanos a casa.

— Eso no fue nada. — Bajo de la moto.

Me quito el casco y la chaqueta para devolvérselos.

— Pareces una buena chica, si me permites darte un consejo... Aléjate de Kane.

— ¿De qué hablas?

— No me malinterpretes, Kane es una buena persona y un buen hermano, pero con las chicas bueno... Le encantan los juegos.

— Sí, de las pocas veces que he interactuado con él pude notarlo, gracias por el consejo, lo tomaré en cuenta.

— Bueno, ya debo irme. Nos vemos.

— Nos vemos.

Subo al apartamento quitándome los zapatos en el ascensor, dejo los zapatos a un lado de la puerta al entrar, en mi habitación me quito el vestido, me desmaquillo y entro a la ducha, me dejo una mascarilla puesta antes de salir del baño a ponerme una pijama. Reviso mi celular mientras seco mi cabello con la secadora, hay dos llamadas perdidas de Jen y una de Marie hace algunos minutos, también hay mensajes que enviaron en el grupo que tenemos.

° Kate ¿Dónde estás? ¿Ya estás en su cama?

Jenn 10:21 pm ✓✓

° Contesta, nos tienes preocupadas.

Marie 10:22 pm ✓✓

° Solo danos una señal de vida.

Jenn 10:23 pm ✓✓

° Ya nos queremos ir de aquí, estamos esperando en el parqueo.

Marie 10:23 pm ✓✓

° Llegue a casa hace más de media hora.

Las llame y no contestaron.

Ya me voy a dormir.

Kate 10:28pm ✓✓

° Kate ¿Estas molesta?

Jenn 10:28pm ✓✓

Ignoro aquel último mensaje y simplemente continúo secando mi cabello, es la última vez que me pasa esto, desde ahora solo usaré mi auto.

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