El sonido de gemidos y de piel azotando contra el cuero resonaba en la mazmorra.
Las lobas taparon las orejas de los niños en un intento de evitar que el ruido entrara en su sistema y los traumatizara.
Draco llevaba golpeando a Cleto durante treinta minutos seguidos, pero podía ver que Cleto era un lobo difícil de someter. Después de todo, hacía años que había establecido la dominancia de ser un Alfa abusivo.
Por otro lado, Natale estaba sentada en la silla y miraba a Cleto con una cara de póker plana que no mostraba sentimiento alguno.
Duilio y Biagio estaban sentados limpiando los otros dispositivos de tortura sobre la mesa.
—Jajaja —Cleto se rió después de que Draco le golpeara una vez más. Su cara estaba ensangrentada y tenía varios cortes. Los moretones que se formaban estaban por todo su cuerpo, pero eso no lo hizo someterse.
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