¡Esto no ha terminado!

Después de viajar medio día, los tres finalmente regresaron a la montaña rocosa.

Los tres acababan de llegar al pie de la montaña cuando vieron que muchas bestias se habían reunido allí.

—¿Qué ocurre? —preguntó Huanhuan.

—Vayamos a averiguar.

Shuang Yun la llevó en brazos, seguido de Bai Di.

Cuando los lobos vieron a Shuang Yun y a los otros dos, los saludaron rápidamente.

—¡Líder, finalmente has vuelto!

Lin Huanhuan se deslizó al suelo por la cola de Shuang Yun. Se transformó en su forma humana y no le importó que hubiera muchas personas delante de él. Simplemente se paseaba desnudo entre los pájaros.

Al final, Huanhuan no pudo soportarlo más y sacó la falda de piel de animal para envolvérsela.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Shuang Yun.

Jiu Yuan señaló hacia los campos de verduras a su lado. —Nuestras verduras han sido robadas.

En efecto, muchas plántulas en los campos de verduras habían sido masticadas en pedazos. Era una vista trágica. Era obvio que habían sido comidas.