—¿¡Qué!? —rugió Liu Zhigong, azotado como si un rayo lo hubiera golpeado. Ofreció una sonrisa avergonzada—. Debe haber un error, ¿cómo podría yo...
—Ya sabrás si hay un error o no después de que vayas —dijo el trabajador principal con expresión firme.
Liu Zhigong sintió como si cayera en una cueva de hielo.
Él conocía muy bien los procedimientos de trabajo de estas personas; si no tuvieran pruebas sólidas en mano, no se atreverían a actuar tan fácilmente contra alguien de su rango.
¡Lo que significaba que su culpabilidad estaba esencialmente confirmada sin lugar a dudas!
Liu Zhigong estaba atónito. ¿Cómo no había recibido ningún indicio de esto antes?
¿Por qué fue esto tan repentino?
¿Dónde surgió el problema?!
En ese momento, Xue Qin comenzó a hablar:
—Director Liu, parece que esta vez, ¡no podrás usar tu poder!
Liu Zhigong llegó a una repentina realización:
—¡Fuiste tú! ¡Tú eres el que está manipulando todo desde detrás de las cortinas!
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