POV Eddard Stark
Winterfell
Solía dar por sentado varios principios, cosas como el respeto y honor siempre estuvieron presentes. Sabía que muchos de sus vasallos respetaban esas creencias; sin embargo, comprender la rivalidad se tenían, eso requería más paciencia de su parte.
A veces era cuestión de escuchar y juzgarlos con imparcialidad, otras veces, el honor no fue suficiente. Entonces pensó que velar por el bien mayor era la solución más sensata, si es que el "bien mayor" no tuviera en sus filas figuras deshonrosas.
- ¡Mi Lord! ¡La Casa Karstark no tolerara más esta transgresión!
- ¿Está seguro que los Bolton son culpables? La tensión de su acompañante era palpable.
- ¡Es verdad mi Lord! Fuentes confiables vieron hombres Bolton haciendo el transporte, secuestran a toda la gente que encuentran.
- ¿Fuentes confiables? ¿Se refiere a espías?
Cuestiono a Harrion Karstark, hijo mayor del actual Lord de Karhold. Vestía placas de cuero oscuro, bordado con el escudo de su familia, una gran capa oscura cubrió sus hombros, era la típica vestimenta de los hombres del norte.
Las nuevas noticias, no tan sorprendentes, hicieron perturbar sus decisiones. Los Bolton nuevamente. Suspiro internamente. Fueron años tranquilos; sin embargo, ahora tenía un nuevo dilema, los Karstark acusando a sus vecinos de robar a su gente.
Según el Karstark, los Bolton anclaron en sus costas e inmediatamente saqueaban cuanto veían, no sabían cuántos fueron los implicados. Hubo intentos para detener a los responsables, pero cada vez que intentaron emboscarlos, estos se hacían humo. Fue frustrante para ellos, muchos de sus hombres perdieron las ganas de perseguir la justicia.
Se dijo que aldeas completas quedaron vacías.
- Eran informantes mi lord, no espías. Se defendió el Karstark, algo nervioso. La reticencia de Lord Stark hacia estos asuntos era conocido.
- Esta bien, a veces es mejor que no saber nada. Todo sea por el bien mayor.
La información era casi tan necesaria como las espadas. No podía negar que trato con espías en su momento. Su dilema actual era lidiar con estas cosas en sus propias tierras, la situación que vivía era más propia del sur, donde las conjuras eran más habituales.
- Acompáñeme Lord Karstark. Dijo cansadamente, ser niñero de sus vasallos lo dejo sin mucha fuerza.
Camino lentamente con el Karstark acuestas, los pasillos de Winterfell dieron paso al aire frio del exterior. El patio se vio particularmente activo, las almenas daban una gran vista de los hombres, muchos aun en sus prácticas diarias, con arcos y espadas en mano.
- ¿Sabe que Roose Bolton intento unir nuestras Casas? Pregunte, su mente guardaba aquel recuerdo inconscientemente.
- Ponen sus términos en más asuntos en los últimos años, mi Lord.
- Pensé que era una idea ridícula, sin embargo, fue una sorpresa ver a mi maestre mostrar cierto entusiasmo por la idea.
- El heredero de Roose Bolton estudio en Oldtown, mi Lord. Nuestro propio maestre lo tiene en un pedestal.
Era bueno cuando se trataba de dilemas morales; sin embargo, una idea que rondaba su cabeza, fastidio dicha resolución. Estaba tratando de encontrar un punto medio entre las diferencias dadas. Una idea para muchos ridícula rondo su mente, una solución práctica, pero quizá para muchos, entrometida.
- No quiero sonar atrevido, pero buscar un acuerdo con los Bolton puede ser una alternativa.
- ¿Un acuerdo? ¿Pueden los Bolton respetar un acuerdo que no les convenga?
- No tienen que respetarlo, hay compromisos para todo, el que tengo en mente pueden obligar a ambas partes
- Está sugiriendo…
A juicio propio Roose Bolton jamás daría su consentimiento; sin embargo, podía intervenir como casamentero, obligarlos a aceptar. Todo sea por el bien mayor. Después de todo los Bolton estaban en falta, si lo que alegaban los Karstark era cierto.
- Es solo una opción. Podemos hablar de ello después. Enviare a mis hombres a corroborar la información que trajiste, Dreadfort debe ser investigado tal como está la situación.
- Por lo que estaremos eternamente agradecidos, mi Lord. Harrion Karstark se arrodillo
En ese instante un maestre Luwin, algo inquieto, llego a pasos apresurados. Como siempre vistiendo su túnica gris y con la cadena tan característica. En su mano un pequeño mensaje con el que siempre aparecía, cada vez que llegaba un cuervo.
- Mi lord, me temo que soy portador de malas noticias. Roose Bolton, Señor de Dreadfort, ha fallecido. Informó el maestre.
¿Fue una broma de mal gusto o era una broma del destino? ¿Había alguna diferencia? Se preguntó.
¿Podía el conflicto resolverse ahora? Enviar a sus hombres parecería impropio en ese mismo instante. Hasta prefería ignorar el pedido de los Karstark, un hijo no era responsable de los pecados de su padre. El mismo era la prueba viviente de dicha premisa.
- ¿Es una broma? Objeto el Karstark. - Va enviar a sus hombres ¿Verdad, Lord Stark? Dijo Harrion Karstark, cuando un sutil tono frenético se filtró en su pedido.
- ¿Se sabe cómo murió? Pregunte.
El semblante del maestre no parecía indicar nada bueno, miró el mensaje que tenía entre sus manos nuevamente. Quizá para asegurase de la veracidad de su contenido.
- Al parecer… fue envenenado, algunos mercaderes son los principales sospechosos. Según el mensaje se espera que su heredero tome justicia en persona.
- Harrion Karstark, temo que su pedido no pueda ser corroborado. Sin embargo, tengo esperanza que las cosas se tranquilicen, dado lo acontecido.
Suspiro tan bajo como pudo. Estaría de más preguntarse ¿Por qué los dioses actuaban como lo hacían? Lord Harrion Karstark aun contemplaba la nueva situación, todo cambio en un abrir y cerrar de ojos.
- Voy a proponérselo a mi padre, Lord Stark. Dijo de repente el Karstark.
- ¿La unión?
- Si, yo me encargare de mi padre, no será fácil. En cuanto al niño Bolton, tal vez cuando doble la rodilla pueda ser el momento idóneo para facilitar las cosas.
- Bien, que así sea. Dije.
POV Ramsay
Oldtown
- ¿Y el nombre de la persona que busca era?
- Domeric Bolton
Prefería la maltrecha casa de Lord Arren. Al menos en aquel lugar no respiraba el ambiente presuntuoso de ahora. Los altos techos, amplios salones y todos esos viejos con cadena lo marearon. ¡Es un lugar maldito!!! Por supuesto, su maldición no tuvo nada que ver con experiencias pasadas, se consideró un buen aprendiz, en la medida de lo posible.
Habían sido semanas de intenso viaje, llegar a su destino no fue un paseo. La Citadel estaba más lejos de lo que jamás imagino.
"Búscame cuando seas útil" recordó aquellas palabras como si fuera ayer. Según Locke solo eran útiles los que podían desarmarlo o los que él pensaba que eran útiles. Para lord Arren eran los que terminaban el aprendizaje básico; sin embargo, algunas monedas podían ayudarlo a tomar su decisión, lo insinuó. Fue una suerte que no estaba escaso de monedas. "¿Fue el plan de Domeric desde el principio?" Se cuestionó.
- ¿Estás buscando a Domeric Bolton?
- Si, ¿No vio esto? Dijo mostrando el blasón de la que consideraba su casa.
El viejo maestre que lo entendía solo atino a levantarse sin responder. Pensó que se caería en ese instante, nunca había visto a un hombre tan viejo, aunque parecía ser la norma por aquí.
- Déjeme guiarlo. Este puede ser el hogar del conocimiento, pero es fácil perderse en sus pasajes.
El silencio y los pasos del anciano se perdieron en el ambiente calmado. Camino a pasos lentos, tenía que, el maestre se tomó su tiempo incluso para eso.
- ¿Y, si no es molestia, se puede saber qué asuntos tiene con Domeric Bolton?
- Es un asunto familiar. Entendió que debería haber cierta discreción en su relación con Domeric.
- Entiendo. Eres su hermano bastardo ¿verdad?
- Si. Respondió tímidamente.
El anciano lo miro con suspicacia. Talvez sus rasgos le dieron una pista de la situación. Ser un bastardo no era bien visto en el norte, en el sur la situación solo empeoraba. Tal vez en Dorne tendría suerte, o eso había escuchado.
A pasos lento, el viejo maestre lo condujo a una puerta, supuso que era su destino.
- Esta es la residencia de Lord Bolton.
- Gracias por su guía, maestre. Respondió cortésmente.
- No tienes por qué, y tú… ¿no estas interesado en los misterios del mundo? Juro que vio algo de ilusión en los ojos del anciano.
- No, soy más del arco y la flecha. También soy bueno montando. Respondió orgulloso.
- Entiendo, me retiro, lástima que no sea de familia…Escucho el leve susurro del anciano cuando se fue.
Se preguntó a qué se refería con la última pregunta.
Toco la puerta de madera, estaba dura y fría al tacto, tanto como las del norte. Cuando espero, una voz se escuchó desde el otro lado.
- ¿Quién es?
- Soy yo… ¡Ramsay!
- Adelante…
Sin contemplaciones entro. Su visión vislumbro una habitación grande y cálida, diferente a los pasillos fríos que recorrió. Estaba finamente decorado, al menos para sus gustos poco refinados. Había una cama, cofres, alfombras, mesas y libros, muchos libros.
Miro a su hermano, llevando algunas de sus pertenencias a un cofre.
- Llegaste a tiempo. Dijo Domeric
- ¿Enserio? ¿Parece que te vas de viaje?
- Si, tenemos que irnos. Escucho llegando a detener sus pensamientos fraternales encontrados.
¿Irnos? Se preguntó si estaba alucinando por el largo viaje. Era evidente que Domeric tenía cierta prisa, la forma desordenada de guardad sus cosas era evidente. ¿Tal vez, simplemente escucho mal?
- ¿Nos vamos de viaje?
- Si a Winterfell, Lord Stark quiere verme lo antes posible.
- Ah entiendo… ¿Winterfell? ¡¿Acaso no sabes que vengo de Norte?! ¡¿Por qué regresaría así sin más?!
Dijo tan calmado como pudo. Su viaje lo llevo a atravesar los siete reinos, regresar era un despropósito, al menos para él. Que sensación de pérdida debió sentir, casi quería renunciar a su propósito y encontrar su propio destino.
Domeric detuvo sus acciones y acercó, casi tan rápido que no se dio cuenta. Frente a él, el rostro su hermano reflejo una duda real.
- ¿Qué es lo último que sabes de casa? Pregunto Domeric
- Si preguntas eso, había problemas, algunos comerciantes fueron apresados.
- ¿Eso es todo?
- Si, ¿Ocurrió algo? Pregunte.
POV Rickard Karstark
Karhold
Habían transcurrido largos años de decadencia, sus tierras nunca fueron prosperas, pero la situación parecía haberse salido de control esta vez. Los Karstark, una de las grandes casas del norte, estaban rogando por intervención. "¿Serían los Stark responsables de la vergüenza?"
La sangre de los primeros hombres corría por sus venas; por lo tanto, un Karstark debía proteger lo que era suyo, incluso si la circunstancia no se lo permitiera.
- Posiblemente ahora el pedido sea pospuesto, mi Lord.
- El infame y deshonesto Roose Bolton murió. Cierta melancolía se escapó de sus labios. – ¿Es justicia poética? o ¿Los dioses escucharon mi pedio? Se preguntó.
Cierta comodidad recorrió sus pensamientos. Sentir el fin de sus problemas fue reconfortante.
Roose Bolton, un buen vecino, algo sanguinario, pero un buen vecino después de todo. Entonces… ¿Porque iniciar una campaña de saqueo? Suponía el por qué… "ejércitos". Lamentablemente no todos lo vieron de ese modo. Inusitadamente pensó en las consecuencias de sus plegarias.
"El mensaje ya había sido enviado" Pensó irremediablemente. Los Bolton ya no podrían seguir sus incursiones, ya no. El heredero Bolton tardara años en llevar las riendas de su casa. Supo que, para entonces, la iniciativa de su problemático vecino estaría socavada.
- Maestre, envía un mensaje al Banco de Hierro de Braavos.
- ¿Cuál es el contenido? mi lord. Escucho decir a su maestre.
- Otro préstamo, diez mil dragones de oro esta vez.
Miro de reojo al anciano, la palpable incomodidad del maestre para ocultar sus pensamientos fue admirable, le daría crédito a eso.
- El verano ha sido largo, el invierno no será más corto, tal vez debería evitar endeudamientos, mi lord. La veracidad del maestre llegaba a cansarlo últimamente.
- Lo sé, lo sé, tomaré en cuenta su opinión, pero envíe el mensaje maestre. Dije tajantemente, cuando el maestre se inclinó y paso a retirarse.
Estaba sentado en el asiento de su casa, una robusta muestra de la importancia de los Karstark. En ese instante fue testigo de la entrada de uno de sus hombres, seguido de otros tantos. La noticia del regreso de su hijo no se hizo esperar.
Espero con ansias a su heredero, Harrion Karstark, llegaría con noticias de su reunión con los Stark. A su llegada celebrarían, talvez un pequeño banquete. "Las buenas noticias se compartirían"
La tan ansiada reunión no se hizo esperar. A su entrada vio el semblante de su hijo, su aprensivo rostro fue nítidamente característico, el viaje a Winterfell lo había desgastado. ¿Cabalgo sin descansar? Se preguntó. ¿Porque la prisa? ¿No se enteró que Roose Bolton estiro la pata?
Salvo por el detalle de sus problemas ya resueltos, se preguntó por qué parecía que su hijo tenía noticias apremiantes…
- ¡¿Lord Stark quiere unir nuestra casa con los Bolton?! Dio un grito a los cielos.
- Si padre, fue una opción que surgió, a Lord Stark le gustaría fomentar la paz entre nuestras casas.
- ¡Fueron los Bolton quienes cruzaron la línea! ¡No, nosotros! Casi, pierde los estribos en ese instante.
Todo estaba mal, a sus ojos esta propuesta era una recompensa, más que un castigo. Tal vez una unión tenga algo valor, pero era su casa la que había sido burlada. ¿Acaso fingió el secuestro de su gente? ¿Qué diablos pensaba Stark?
- Padre, con Roose Bolton muerto y su heredero estando en la edad. La casa Bolton empezara a buscar compromisos.
No podía deshacer lo que había ocurrido, solo podía seguir adelante, tendría que ceder a la "prerrogativa" de los Stark para poder ganar. Aun con todo pudo comprender las razones de su hijo para ceder a tal medida.
- Entiendo, mejor con nosotros que con los otros. Seguramente lord Stark también lo encuentre conveniente.
- Si, de hecho, la casa Bolton tendrá que frenar sus iniciativas.
A costa de nuestras perdidas "Lamentarse es para los sureños, el norte siempre recuerda"
- ¿Qué rol tiene Stark en todo esto? Pregunto.
- Lord Stark presionará al chico cuando doble la rodilla, no podrá negarse. El hecho que su casa este en falta hará las cosas más fáciles.
Un compromiso podía limar asperezas, pero los pueblos fronterizos seguirían vacíos. ¿El mocoso seguirá los pasos de su padre? Se preguntó. ¿Devolvería todo lo que su padre se llevó?
- Entonces ¿está de acuerdo, padre? Su hijo tenía la costumbre de preguntar las cosas más obvias.
- Por ahora no tenemos más opción que aceptar, no tenemos muchas opciones. Roose Bolton dejo sus problemas inconclusos.
- Entonces enviare el mensaje, con suerte los problemas terminen en una feliz unión.
Irremediablemente le entro ganas de mandar a su hijo rumbo al muro. "Es tan fácil de convencer, sus hijos aún tenían mucho que aprender" Los pasos de su hijo se escucharon en las amplias salas de Karhold, cuando se fue, su rostro casi feliz de tener menos problemas.
En su mente, maldijo a Roose Bolton, aun después de muerto sus problemas lo perseguían. Se preguntó si la verdad fuera distinta, entonces talvez tendría que ver la cara del maldito "Carnicero". "Su fin no fue para nada barato". Pensó, mientras en sus dedos bailaban en su asiento. ¿Fue un precio justo? Se preguntó, cuándo recordó a su única hija, Alys Karstark.