Cuando volvieron al castillo, a Ari le dolía el estómago y sabía que tenía que acostarse. Sin mediar palabra, Arnold la sacó de la limusina, cuando Grayson salió.
—¿Qué ha pasado? —se apresuró a acercarse y le quitó a Ari con facilidad, con la preocupación llenando sus ojos.
—Disturbios civiles en el centro —Arnold procedió a contarle todo lo sucedido, siguiendo a Grayson mientras la llevaba al interior—. La princesa no me dejó llevarla hasta la limusina y se cayó, pero luego la recogí y la saqué de allí. La gente la reconoció y golpeó la limusina. Probablemente la traumatizó.
Grayson la llevó por las escaleras hasta su dormitorio y la acostó en la cama: —Arnold, llama al Dr. Parker. A ver si hace una visita a domicilio al castillo. Por favor, dile que es una emergencia.
—Sí, Su Alteza —sacó su teléfono móvil y salió al pasillo, ya hablando con alguien.
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