Los diez minutos de descanso que parecían eternos para Jake terminaron cuando menos se dio cuenta.
Reflexivamente se levantó de la mesa, sosteniendo su mochila sobre su hombro mientras se preparaba para su siguiente clase, sin embargo Daniel sostuvo su muñeca con prisa y se río.
— Olé- ¿A dónde vas? El patio está del otro lado —juguetonamente el chico de cabello caoba se alejó a saltos, instando a Jake a seguirlo mientras movía una de sus manos.
Contrario a lo que haría normalmente Jake este se quedó estático, meditando antes de negar con la cabeza.
— Tengo clases Dan —le dijo—, y tu también.
El chico se detuvo lentamente con una expresión de total sorpresa, sin poder cerrar la boca mientras aceptaba el balón naranja que Samuel le pasó.
— ¿En verdad irás a clases? —Samuel se rió un poco, acercándose después de haber ido a buscar otra bebida de frutas. Sorpresivamente se encontró de cara con el rostro tranquilo de Jake.
El muchacho de cabello azabache se veía extrañamente...diferente.
Damián no dijo nada tampoco, pero miró de pies a cabeza a Jake, como queriendo encontrar algo sin dar frutos.
Su cabello seguía siendo azul marino, brillante y sedoso, y su nariz seguía siendo un puente recto que parecía cincelado, en realidad, se veía incluso mejor de lo que se veía normalmente, sin embargo no había nada diferente en él.
Alto, de brillantes ojos azules y rostro juvenil. Su piel blanca por no salir tan recurrentemente bajo el sol, y su extraña aura de orden y liderazgo.
Todo seguía ahí.. pero-
— Es raro..
Daniel parpadeo varias veces, — ¿Qué?
Jake respiró hondo y volvió a levantar la cabeza, enfrentando los pares de ojos que lo veían como si fuera un extraño.
— Solo dije que es raro. Entiendo si no quieren ir, pero yo voy a clases lentamente Jane se dio media vuelta, pero fue alcanzado por Samuel.
— ¿Por qué? Vamos, ¡tus notas son buenas!
Jake movio la cabeza para mirar a Samuel, dándole una corta mirada de obviedad, — Pero mi promedio está bajando.
— ¡Cuanto! ¿9? ¿8 exacto? ¡Mientras llegue a ocho puedes estar en el equipo de básquetbol! Son las reglas —Samuel toma entre sus manos el brazo de Jake y lo detiene—, y todo nosotros estamos entre ese promedio. ¿Faltar a algunas clases es tan importante?
Jake miró a Samuel con ojos complicados, pero fue paciente cuando retiró el agarre del otro. Su mirada pasó sobre los rostro de los otros chicos antes de volver a mirar a Samuel, encogiéndose de hombros.
Su voz fue suave cuando respondió; —No es suficiente.
Tanto Samuel como los otros chicos quedaron aturdidos, tal vez atónitos, sin embargo Jake no se detuvo. Suavemente golpeo su mano sobre la cabeza de Samuel, revolviendo los reflejos platinos entre las hebras castañas.
— No hay nada más. No es suficiente, quiero alcanzar una mejor nota.. Pero a este paso voy a llegar tarde —suavemente se río, con algo de gracia e irritación mezclada, y lentamente retrocedió cuando vio que no tratarían de detenerlo.
Sin embargo después de casi perderse en una esquina Damián lo alcanzó.
— ¿Qué es? —le preguntó Jake.
Damián apretó incontrolablemente la correa de su mochila, atrapando con su mano libre el abrigo negro de Jake entre sus dedos.
— ¿Puedo ir contigo a clases?
Jake: "...."
Damián: (•///^///•)