Hermana Xi, te he echado tanto de menos

La gente se dispersó en todas direcciones, dejando un camino para la última persona.

Sin embargo, quien salió no fue solo Qin Shuang, sino Cen Bai y Qin Shuang.

Cen Bai llevaba a Qin Shuang como a una princesa y caminaba a grandes zancadas. El rostro de Qin Shuang estaba rojo y estaba enterrado en su hombro. Nadie del público sabía cuánto tiempo había estado caminando así, pero el rostro de Cen Bai no estaba rojo ni jadeaba. Se veía muy relajado.

Cuando la gente a su alrededor vio a los dos, algunos exclamaron sorprendidos mientras otros se burlaban.

Li Zixia era del tipo enfadado. —¡Ahhhh, Xiao Bai es el esposo de todas, cómo puede llevar a alguien así como a una princesa!

Xie Yingying estaba envidiosa. —¡Siento que soy yo la que está siendo llevada!

Sun Mengmeng no podía aceptarlo. —¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡No creo que mi marido sea tan sucio!

...