Narra Alex
Una noche más de vigilancia, carajo, esta era sin duda la peor parte de ser policía, la mejor, atrapar a los delincuentes, eso hacía que valiera la pena trabajar de esto, pero no significa que dejara de ser un coñazo total.
—Vamos anciano, no me digas que ya estás cansado.
—Anne, solo soy mayor que tú unos cuantos años, deja de decirme anciano.
—Eres mayor, a mis ojos eso te hace viejo.
—Luego eres tú la que se enoja con los niños cuando te llaman señora.
—¡Porque no soy una señora! Soy una señorita.
—Claro que sí, señorita, como digas, solo concéntrate en hacer nuestro trabajo.
—Eso hacía, el que se estaba durmiendo eras tú, tenía que hacer algo para mantenerte despierto.
—¿Llamarme anciano?
—Claro, eso siempre te pone alerta jajaja.
—Tienes un buen punto, pero ya, sigamos con esto.
Hacer vigilancia con Anne era un arma de doble filo, por un lado, con sus ocurrencias era más sencillo mantenerse despierto, pero llegaba un punto en el cual te desesperaba por completo, entonces eso hacía que la vigilancia fuera tediosa.
—Hablemos de algo, Alex.
—¿Para qué, niña?
—Vamos, no seas amargado, esto es muy aburrido si nos quedamos callados.
—Supongo, pero no sé de qué quieres hablar.
—Veamos… ¿Estás al tanto de lo que pasó en el Parque Nacional Redwood?
—¿La tormenta tropical? Si, escuché sobre eso, según sé unos agentes fueron un día después para saber qué había sucedido nada más, dijeron que no había sido grave.
—Pero eso no fue todo, Alex, dicen que unos cuantos estudiantes se metieron en problemas.
—¿En serio?
—Sí, dicen que algunos casi se ahogan, otros estaban atrapados en el bosque, pero que hubo uno que los salvó a todos y los llevó de vuelta al refugio de la reserva.
—¿Uno? ¿Te refieres a un solo estudiante?
—Así es, dicen que él sólo los rescató, en medio del bosque, con una lluvia torrencial cayéndole encima.
—Vaya…sea quien sea ese estudiante, es un chico muy bueno, tiene potencial.
—Puede ser una chica.
—Pero dijiste "él".
—Si, sí, pero es lo que escuché, puede ser diferente y puede tratarse de una chica.
—Tal vez…sea como sea, hizo algo impresionante.
—Imagino que en su colegio debieron haberlo premiado o algo así.
—No creo, dudo que sus maestros lo mandaran a él a hacer eso, seguramente actuó fuera de las normas.
—Cierto…igual no quita que hizo lo correcto, al menos para mí.
—Eso sí ¿Dijeron de qué colegio era?
—Según dicen es del Instituto Pearson.
—Ya veo…bueno, pues no sabía eso, por fin traes a colación algo verdaderamente interesante.
—¡Oye! Todo lo que digo siempre es interesante.
—Seguro…como no jajaja.
—Ugh, por eso eres un anciano.
—Ya niña, no quiero que empieces a llorar aquí en la patrulla jajaja.
Nuestra pequeña charla fue interrumpida por el sonido de la radio, alguien quería comunicarse con nosotros.
"Atención a todas las unidades, hay una persecución a pie de un par de asaltantes en el centro comercial de la calle Maine, todas las patrullas cercanas al área acudan de inmediato"
—Por fin, un poco de acción, en marcha, anciano.
—Vamos niña, por fin dejaré de escuchar tus tonterías por un rato.
—¡Oye!
Arranqué la patrulla, encendí las sirenas y conduje en dirección al centro comercial en cuestión, llegamos en cuestión de minutos, al llegar nos bajamos de la patrulla y entramos en el centro comercial.
—No vi nada afuera, deben estar aquí dentro, por alguna parte, mantente alerta, Anne.
—Claro.
Empezamos a ver a nuestro alrededor, recorriendo el centro comercial, cuando de repente escuchamos un alboroto y vimos que se trataba de los ladrones en cuestión.
—Ahí están, vamos.
Notamos que un par de guardias del centro comercial estaban persiguiendo a esos malhechores, intentamos interceptarlos, pero los malditos lograron esquivarnos.
—¡Vamos, que no escapen!
Corrimos detrás de ellos, esquivando a las personas que estaban en el centro comercial, los ladrones eran mucho menos cuidadosos, no les importaba tener que empujar y derribar gente que se cruzara en su camino.
Los perseguimos durante un rato hasta que salimos a la calle, saltando bancas, esquivando transeúntes, cruzando las aceras, hasta que por fin los teníamos cerca.
—¡Vamos, Anne! ¡No te canses ahora!
—¡¿Quién dijo que estoy cansada?! Sigo siendo joven y vigorosa, anciano.
En una calle, esos tipos cruzaron cuando el semáforo estaba en rojo, y justo cuando nosotros íbamos a cruzar el semáforo cambió a verde y los vehículos empezaron a avanzar, tapándonos el paso.
—¡Maldición! Los perdimos.
—Relájate, Alex, no deben estar lejos, vamos.
Anne empezó a correr tratando de rodear el tráfico, yo la seguí, hicimos que algunos autos pararan y nos dieran permiso para cruzar la calle, al llegar al otro lado vimos a los ladrones a lo lejos, empezamos a correr mientras ellos se metían en un callejón que había por ahí.
Cuando llegamos al callejón y entramos casi no podíamos ver nada, prendimos las linternas que andábamos ahí e iluminamos el lugar, pudimos ver como los ladrones estaban inconscientes junto con los maletines llenos de dinero.
—¿Qué carajo?...
—Hace segundos estaban corriendo, y ahora están inconscientes…
—¿Crees que haya sido él?
—Seguramente, sólo alguien podría noquearlos en un parpadeo.
—Pero ¿dónde está? No lo notamos cuando los perseguíamos, debió seguirnos por los techos o algo así.
—No lo sé, Alex, yo tampoco lo vi o lo escuché.
—Demonios…bueno, ya que, ya tienes otra más que agradecerle a ese idiota.
—No seas amargado, vamos, devolvamos esto donde pertenece.
Tomamos en custodia a los delincuentes, devolvimos el dinero al local que habían asaltado en el centro comercial y regresamos a nuestra patrulla.
Pasamos un par de horas más patrullando hasta que nos dio hambre y fuimos por algo de comer, un café y un postre nunca vienen mal.
Ya estando en el restaurante, mi compañera y yo empezamos a platicar sobre lo que pasó hoy.
—Apareció hace 3 meses, y aún no sabemos nada de él.
—Es muy cuidadoso, nunca deja rastro, huellas, alguna muestra de ADN, nada.
—Estoy empezando a creer que no es humano.
—¿Es en serio? ¿Entonces qué crees que sea?
—Un robot, un androide, algo por el estilo, como el Terminator.
—Creo que el pie de manzana te está afectando, Anne.
—¡Hablo en serio! Solo piénsalo ¿De qué otra forma explicas que sea tan veloz, sigiloso y letal al mismo tiempo?
—No lo sé, pero no creo que sea un robot.
—Podrías por lo menos pensar en algo y no solo rechazar mis teorías.
Seguimos conversando mientras tomábamos café, tratando de recuperar energías, cuando de repente mi teléfono sonó.
—¿Quién es? —preguntó mi compañera mientras comía el último bocado de su pie.
—Es el jefe —contesté la llamada— Hola jefe.
—Necesito que vengan al precinto, ahora.
—Entendido, vamos para allá —colgué.
—¿Quiere que volvamos a la jefatura?
—Sí, así que termina tu café, tenemos que irnos.
Nos alistamos, pagamos nuestra cuenta y nos fuimos en la patrulla hacia el precinto. Al llegar, cruzamos todo el edificio hasta llegar a la oficina del jefe Costigan, al llegar, notamos que tenía una cara de pocos amigos, algo no andaba bien.
—Señor, Lewis y yo estamos aquí ¿Para qué nos llamó?
—Siéntense, debo mostrarles algo.
Nos sentamos en las sillas frente a su escritorio y pusimos nuestra atención en él.
—Como ustedes saben, desde hace días ha habido secuestros de chicas jóvenes, tanto humanas como furries, al principio parecían casos aislados, pero ahora empezamos a creer que todos están relacionados, se repiten patrones en la mayoría de casos, chicas de corta edad, estudiantes, adultas jóvenes, las desapariciones se dan en la noche y cerca de sus lugares de estudio o de trabajo, por tanto, este caso asciende a uno de Nivel S, el caso de Anubis pasa a ser de Nivel A, nos concentraremos en esto a partir de ahora.
—Entendido, jefe ¿Algo más que debamos saber?
—Todos los detalles están en esta carpeta, estúdienla y familiarícense con el caso, tengo a mis mejores hombres trabajando en ello, eso los incluye a ambos, cuento con ustedes.
—Gracias jefe, nos pondremos manos a la obra —contestó mi compañera.
Con la carpeta en mano, salimos de la oficina de Costigan y regresamos a la patrulla, mientras seguíamos con nuestra vigilancia, mi compañera leía el expediente en voz alta para que estuviéramos en la misma página.
—Dice aquí que los principales sospechosos son la banda criminal conocida como los Wild Fangs, una organización delictiva dedicada a asesinato, robo, consumo y venta de drogas y vandalismo.
—No es una novedad, Anne, esos tipos están detrás de todo el crimen organizado de esta ciudad.
—Supongo, pero no habían entrado a la trata de blancas, supongo que tenían otro mercado por explorar.
—Esos miserables ¿Qué más?
—Dice que las próximas acciones será monitorear los posibles siguientes blancos de ataques, escuelas, lugares de trabajo, cualquier posible objetivo de la banda.
—Ya veo…de ser ellos, deben tener un plan con esas chicas, no sólo la trata de blancas.
—¿Tú crees? Pero ¿Qué otro motivo tendrían ellos para secuestrar chicas jóvenes?
—No lo sé, pero de ellos te puedes esperar cualquier cosa…incluso hasta las más macabras.
—Bueno…pues hay que hacer nuestro trabajo, y esperar que ese Anubis colabore también.
—¿Colaborar? Capaz y está metido en esto.
—No me jodas, Alex, es improbable que esté metido con los Wild Fangs, desde que apareció se ha dedicado a detener a ladrones, vándalos, delincuentes y demás, podrá no gustarte su método, pero sus acciones son innegables.
—Como digas…para mí es un sospechoso más.
—Bueno, eres necio por naturaleza, no me sorprende.