Mendigar es inútil

—¡Mamá! ¿Ya no estás trabajando? —Li Baobao salió de la habitación y preguntó casualmente cuando vio a su mamá.

—A mamá la han despedido. ¡Ahora mamá está desempleada!

—¡Oh, mamá está esperando a que rompa la alcancía! —Li Baobao corrió inmediatamente hacia el dormitorio. Li An'an rápidamente la atrapó y dijo:

— ¡Baobao! ¿Puedes no mencionar la alcancía y dejar ese dinero para que mamá lo use en mi vejez?

Realmente no había mucho dinero allí. No quería gastar dinero en comprar otra alcancía.

—Está bien, mamá. ¡Baobao ahorrará un poco más! —Li Baobao giró la cabeza. Todavía tenía que ahorrar más dinero.

Li An'an ayudó a Baobao a cepillarse los dientes y lavarse la cara. Cuando abrió la puerta del otro cuarto, vio que Junjun y Jùnjùn ya estaban despiertos y estaban doblando la manta.

—Buenos días, mamá.

—Buenos días. —Li An'an estaba de buen ánimo—. Bebés, desayunen, ¡mamá va a trabajar en la tarde!

—Está bien, mamá, tú puedes hacerlo.