—No me digas que un herrero no evolucionado como yo ha herido tanto tu ego que dejaste de lado tus asuntos de Evolucionado para venir a visitarme... Me pregunto qué pensarían tus fans de eso... —Marklen Rompecimas levantó una ceja, sus ojos aún fijos en los de Kaizen, como si estuviera sopesando cada palabra cuidadosamente.
Por un breve instante, una sombra de desconcierto cruzó su rostro, con un pequeño músculo elevándose en su boca, pero pronto recuperó su expresión de confianza.
—Tienes una lengua afilada, amigo mío —dijo Marklen con una sonrisa que revelaba un atisbo de diversión—. Y aprecio a alguien que no se deja intimidar fácilmente.
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