—Entonces, Kaizen... ¿cómo va a ser esta prueba mía? No has dicho nada al respecto todavía. —preguntó Ravastine con un poco de trepidación.
—Ah, ¿eso es lo que te preocupa? Juraría que es porque un extraño te está alejando del reino —dijo él, porque ya había notado que ella lo miraba como si estuviera a punto de preguntar algo.
—¿Qué?! ¡Jajaja! No tengo motivo para tenerle miedo a que tú me hagas algo así.
—¿Por qué?
—Porque salvaste mi vida —dijo ella, mirándolo a los ojos con un ceño fruncido neutral. Lentamente, ganó su propia confianza para mirarlo más tranquilamente.
Kaizen soltó un poco de aire por la boca mientras casi se reía. 'Ella es demasiado inocente. Afortunado yo de haber sido el único jugador en esa arena que intentó salvarla. Cualquier otro jugador, estaría extorsionándola...'
En ese momento, Kaizen recordó algo que hizo que sus cejas se fruncieran. Inmediatamente, miró en dirección de la princesa y preguntó:
—¿Eres rica?
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