Cultivando puntos de experiencia

Después de atravesar la puerta, Raydon se encontró de vuelta en el cuarto donde había estado antes. La habitación, que antes tenía un total de cuatro puertas, ahora solo tenía dos.

—En total, tengo alrededor de dos horas más. Una hora para cada etapa —dijo Raydon, y sin perder tiempo, se dirigió hacia una de las puertas para proseguir a la siguiente etapa.

Al pasar por la puerta, un fuerte olor a barro lo recibió, su aroma terroso llenó sus fosas nasales. Cuando miró hacia adelante, vio que las paredes y el suelo del largo corredor que se extendía ante él estaban cubiertos con una gruesa capa de barro. Era difícil ver muy lejos debido a la iluminación tenue y al aire espeso que olía a moho y tenía una sensación de humedad.

—Este lugar parece muy sombrío —dijo Raydon mientras miraba por el oscuro y mal iluminado pasaje. Incluso si no hubiera estado presente un olor desagradable, la sensación de la brisa en su piel habría sido suficiente para hacer temblar a una persona normal.