—¿Esta es tu única respuesta para aumentar mi mana? ¿Superstición? —preguntó Lailah.
El objetivo de su irritación era su madre Sei, que estaba de pie frente a ella.
Estos textos antiguos habían venido de ella, y supuestamente eran la respuesta a un problema que había estado atormentando a Lailah durante un tiempo.
—¿Crees que lo que pides es fácil? Si adquirir más mana sin evolución fuera algo sencillo, todos tendrían tanta magia como ese bastardo Helios —respondió Sei.
Lailah se masajeó las sienes mientras asimilaba las palabras de su madre.
En retrospectiva, no debería haber esperado que una de las claves para su evolución tuviera una solución simple.
—Pero esto... ¿cuerpo mágico verdadero? No entiendo del todo su valor —admitió Lailah.
Como era de esperar, la ex reina bruja rodó los ojos y resopló con desprecio.
—No lo entenderías porque tu visión no se extiende más allá de este mundo. Dime, ¿cómo se lanzan hechizos? —preguntó Sei.
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