—Sí, te estoy hablando a ti, ¿me secuestraste? ¿Qué está pasando aquí? —preguntaba Mia.
Su reacción en ese momento indicaba que podría ser la verdadera Mia, ya que nunca había visto el verdadero rostro de Aiden durante la prueba, ya que él había sido el asesino del rey en ese momento.
«Entonces, ¿ella no tiene ni idea de quién soy yo?», pensó Aiden sabiendo que realmente no podía presentarse tal y como era porque aún sentía que el Minotauro lo estaba observando.
Aiden sabía que sería así, pero tenía que admitir que realmente le dolía, al recordar que prácticamente todas sus primeras experiencias con chicas habían sido con ella. Así que cuando vio la mirada de desconfianza en sus ojos, se sintió herido.
—Solo quédate ahí, necesito ocuparme de esto primero —dijo Aiden mientras se daba la vuelta hacia el Minotauro.
Después de girarse, notó que había algo extraño en el Minotauro, pues Aiden estaba casi seguro de que tenía una pequeña sonrisa en su rostro.
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