—Al escuchar el anuncio, Raze supo quién iba a subir al escenario; era uno de los cinco Grandes Magos —dijo Raze para sí—. Uno del grupo que lo persiguió hasta los confines de Alteriano. Nunca le dejaron descansar ni un momento.
No podía tomarse un día de descanso ni dormir en paz porque sabía que esta gente siempre estaba detrás de él, siempre tras su pista. Incluso cuando lo perdió todo, cuando lo derribaron, siguieron persiguiéndolo.
—¿Cuántas veces había jurado, jurado que se vengaría de cada uno de los Grandes Magos, para hacerles experimentar una fracción del miedo y del odio que él había sufrido ese día?
—Ahora no es el momento—se dijo Raze con el puño tenso—. "Si me ve ahora, bien podría saber que algo anda mal. Podría ser capaz de darse cuenta de que mi cuerpo no es un cuerpo real. He podido salirme con la mía hasta ahora, pero si es él..."
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