Cumbre Cuarta.

A pesar de las palabras de Dekai, no había ni una sola señal de duda en su voz. Era como si no tuviera ninguna duda de que Atticus estaba diciendo la verdad.

Le dieron algo de espacio a Atticus, Dekai estallando en llamas y apareciendo a lo lejos.

Después, Atticus cerró los ojos y se concentró, él y las moléculas de fuego en el aire se convirtieron en uno.

Cada uno se encendió, un fuego intenso estalló y abarcó todo el espacio. Las moléculas se agruparon y se reunieron frente a él, las formas de las piernas se formaban desde la base, molécula tras molécula hasta que se formó la figura de Magnus.

Una lanza etérea apareció en el brazo del constructo antes de solidificarse y convertirse en una lanza gruesa y larga.

La mirada de Atticus se abrió de golpe, su enfoque en su punto álgido.

Su mente repasó cada movimiento que el constructo de Dekai había hecho, diseccionándolo hasta el último detalle.