Asustado

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La tierra tembló mientras el aire se estremecía.

La imponente figura del robot gigantesco se lanzó hacia la forma de Atticus, la pura inercia de su avance creaba un torbellino de sonido que llenaba la habitación con una ensordecedora cacofonía.

Sin perder el ritmo, retrocedió su masiva mano derecha para un puñetazo, su forma tensándose y abultándose, la armadura metálica quejándose por la pura fuerza de los músculos.

Y con un impulso súbito e imparable que parecía desafiar las leyes de la física, desató un puñetazo, el ataque golpeando a Atticus como el peso de una montaña cayendo.

El resultado fue catastrófico—. El suelo en un radio de 200 metros a su alrededor tembló y convulsionó, fisuras abriéndose como heridas en la superficie de la tierra mientras que el mismo aire parecía gritar en protesta, desgarrado por la pura violencia del golpe.