Las recompensas de los altos cargos

Una hora más tarde...

Una figura apareció de repente en el aire donde Zeras acababa de irse, vistiendo una gran túnica púrpura que cubría toda su figura, sin embargo, era fácilmente distinguible que era una mujer.

Sus ojos púrpuras se podían ver parpadeando con luz púrpura mientras miraba la zona donde Zeras y el grupo de cinco habían luchado.

Al aterrizar en el suelo, sus ojos se inflamaron con un intenso púrpura mientras se quedaba quieta donde estaba, cientos de imágenes fragmentadas apareciendo de repente en sus ojos.

Unos segundos después el matiz púrpura en sus ojos desapareció siendo reemplazado por una tenue sonrisa en la esquina de sus labios.

—Se ha vuelto tan fuerte tan rápidamente, qué interesante y también alarmante... —Con eso, lentamente levitó del suelo, desvaneciéndose en el aire en la siguiente fracción de segundo.

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