El Encanto de Tristán

Mientras tanto, Tristán todavía estaba en la ducha cuando FaMo comenzó a fusionarse con Zhen-Zhen. A diferencia de FaMo, Tristán aún no había sentido el efecto de la poción que estaba mezclada en su leche.

Disfrutaba del agua, ajeno a los problemas inminentes que pronto enfrentaría. El agua se deslizaba lentamente por su cuerpo, las gotas trazando su figura bien tonificada.

Cerró los ojos mientras la sensación del agua vaporosa le daba una sensación relajante. Luego, de repente, su mente recordó la conversación que había tenido con el Abuelo Lu esa tarde.

Las palabras de su abuelo lo inquietaban mucho. No dejaban de repetirse en su mente en este momento.

—Si no tratas bien a Lillie y solo la das por sentado, tarde o temprano la perderás.

—¡Muchos hombres intentarán conseguirla y robártela! Se volverán locos por tu esposa.

—¿Quieres perderla? ¿Puedes soportar ver a Lillie con otro hombre que no seas tú?