—Evelyn no estaba de humor para jugar a ningún tipo de juego. Sin embargo, sabía que su estado de ánimo perturbado en los últimos días también estaba afectando a Oliver, quien se iba a casar. Él ya le había preguntado varias veces la razón, pero ella solo había dicho que extrañaba a Gianna y a Cooper, porque todavía recordaba cómo Gianna le había advertido una y otra vez que no podía hacer que Oliver se preocupara.
—Cualquier cosa que pudiera perturbar y desviar la atención de Oliver de sus estudios, era algo que no se suponía que debía hacer.
—Así que Evelyn no se atrevió a contarle nada a Oliver.
—Sabiendo que él no sería capaz de irse con la mente tranquila si ella seguía molesta, ella acordó jugar.
—La casa tenía un techo que no era ni demasiado pequeño ni demasiado grande.
—Evelyn había jugado muchas veces aquí antes con Oliver y Arturo. Jugaron el juego que solían jugar.
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