[Capítulo de bonificación] ¡Dios es injusto!

```

—Ya que ahora eres una de nosotros, quiero felicitarte con un baile, mi señora. ¿Bailamos? —Los ojos de Damien brillaron como los de un depredador.

—... ¿Pero qué estaba intentando hacer? No había manera de que el vampiro quisiera felicitarla, ¿y para qué? —Ella elevó una ceja mientras lo miraba intensamente. No parpadeó ni una sola vez mientras seguía observándolo por un tiempo.

—¿Por qué piensas tanto? Somos una familia ahora. ¡No quise hacer ningún daño! —Él sonrió y la aseguró con una mirada dulce, aunque sus ojos eran agudos como los de una bestia.

Él había pensado que ella se sentiría avergonzada por sus palabras y tomaría sus manos para mantener su imagen ya que estaba fingiendo ser una emperatriz fuerte y valiente.

El desafío era simplemente perfecto, no exagerado pero capaz de dejar un fuerte impacto en su imagen.

Pero él quedó atónito cuando ella se rió en vez de avergonzarse de aceptar sus manos.

—¡Sus cejas se fruncieron y la miró con el ceño fruncido! ¿Se estaba riendo de él?

—Debo decir, Damien, ¡tienes un buen sentido del humor! —Ella negó con la cabeza mientras se sujetaba el estómago, como si hubiera escuchado un buen chiste.

—¡Así que realmente se estaba riendo de él! —Sus mandíbulas se tensaron mientras resistía las ganas de golpearla y borrar esa sonrisa de su rostro.

—Por supuesto, sé que no eres inofensivo ya que Rafael es mucho más fuerte que tú en cuanto a cerebro y músculo. Estoy segura de que incluso mis caballeros serían suficientes para lidiar contigo si intentas hacer algo gracioso. Así que, ¿por qué habría de tener cuidado contigo? —El hombre se sintió insultado mientras su rostro se oscurecía cuando ella hablaba entre risas, como si no pudiera creer que él hubiera dicho eso.

—Si ese es el caso, ¡entonces por qué me estás mirando y pensando tanto! ¡Es solo un baile! —Él insistió mientras intentaba mantener su rostro neutro, lo cual estaba requiriendo más fuerza de la que había pensado.

No solo se veía fea, sino que incluso tenía una boca sucia que era difícil de manejar.

Cada vez que ella abría la boca, todos a su alrededor sentían ganas de golpearla.

—¡Eso es porque eres feo!

Justo cuando el hombre aún la estaba maldiciendo en su corazón, se quedó atónito por su respuesta que ni siquiera pudo reaccionar.

—¿Realmente esa bruja fea lo había llamado... a él, feo? ¡Él era el segundo príncipe más guapo del imperio!

Chicas, ya sean humanas o vampiras, lo seguían por todas partes. No había un solo día en que las chicas no se ofrecieran a él, y sin embargo, ¡esta chica tonta y fea se atrevía a llamarlo feo!

—¡Perdón!... No, debió haber escuchado mal. Como él la había estado llamando fea en su mente todo este tiempo, ¡sus pensamientos debieron haber hecho eco!

```

—Sí —él asintió con esa idea y miró a la chica con cara de nada cuando ella suspiró.

Fue un suspiro tan audible como si hubiera soportado grandes agravios y no pudiera soportarlo más.

—No necesitabas disculparte ya que no fue tu culpa. No podemos elegir nuestras caras, ¡así que no es tu culpa que seas feo! —ella se acercó y le palmoteó los hombros como si intentara consolarlo.

—¡Debo decir que Dios es demasiado injusto! Mira a Rafael, no solo tiene un aspecto perfecto, una fuerza inmensa, el mayor poder y riqueza, ahora ¡también me tiene a mí! ¿Podría tener alguna debilidad? —negó con la cabeza, pero sus ojos estaban llenos de orgullo y luego lo miró y suspiró de nuevo.

—Y mira a ti, estabas perdiendo con él en todo y ahora... ¡Estás tratando de ganar un favor de mí! Créeme, intenté aguantar tu fea cara después de todo, ¡solo era cuestión de un baile! Pero de verdad no podía soportarlo. ¡Soy alérgica a las cosas feas! Así que, si me disculpas y ¡haces camino! ¡Me estoy sintiendo nauseabunda otra vez! —incluso se pellizcó la nariz e hizo una cara fea como si no pudiera soportar mirarlo más, justo como había hecho con Escarlata.

—Realmente lo siento por ti, Damien. Pero eso no significa que pueda soportarte —. Aunque su voz sonaba apologetica, sus ojos estaban llenos de desdén como si estuviera mirando a una plaga.

—....... —él estaba tan enfurecido y atónito que no pudo salir ni una palabra de su boca. Temía que realmente la mataría si ella continuaba parada frente a él.

Solo se sintió mejor cuando ella pasó junto a él y lo dejó solo para lidiar con sus palabras. ¡¿Pero qué diablos se creía! Ella era una perra tan arrogante.

Intentando controlarse, salió de la fiesta hacia el jardín donde vio a Venisa bebiendo la sangre de una criada.

Debería haberse detenido después de un rato pero estaba tan enfurecida que no pudo controlarse y unos minutos después, la chica cayó al suelo completamente blanca.

Su piel se había arrugado como si hubiera envejecido mucho pero no había ninguna herida en su piel y sus ojos todavía estaban bien abiertos.

Sus labios aún estaban separados como si quisiera gritar pero no le quedaba voz. Damien pasó junto al cuerpo como si no pudiera verlo y chasqueó la lengua.

—¡Tch! Matando a humanos cuando el consejo está a solo un metro. Te has vuelto audaz después de que tu padre fue expulsado del consejo. ¡No me digas que estás planeando rebelarte! .