La mente de Emmelyn estaba hecha un lío. Por un lado, estaba llena de celos, pensando que quizás Mars realmente se encontraría con otra mujer a la cual pudiera tocar... quien le había enseñado este nuevo truco en la cama.
Por otro lado, su cerebro estaba tan colmado de euforia que apenas podía pensar.
—Cielos... esto es... tan... tan bueno.
Consiguió su primer orgasmo en un instante.
—Qué manera tan perfecta de comenzar el día —pensó.
Agarró fuertemente la sábana cuando alcanzó su liberación. Su conciencia le dijo que no tirara del cabello del hombre después de que le diera tanto placer, así que cambió a la sábana en el último minuto.
—Veo que te ha gustado mucho —Mars rió cuando vio su reacción. Había escuchado sobre este truco de Gewen hace algún tiempo pero intencionalmente lo mantuvo como arma secreta, para usarlo cuando Emmelyn menos lo esperara.
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