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Yo también la amaré y cuidaré

7:30 p. m., Mansión Lu.

La familia estaba reunida en el jardín. Era espacioso, con hermosas flores y plantas decorativas. Había una pequeña cascada en una esquina del jardín, decorada con rocas y estatuas. En el centro había un cenador rodeado por un estanque circular de peces, con un pequeño puente de madera adjunto a él.

Todo el mundo estaba sentado alrededor de la mesa de té circular, charlando alegremente mientras tomaban su té de la tarde. Aparte de Lu Qiang y Lu Feng, todos estaban presentes. La familia completa se había reunido después de mucho tiempo. Era sábado, así que todos estaban relajados y tenían una discusión sobre la celebración que era al día siguiente.

—¿Cómo va todo en la oficina y la fábrica? —preguntó Lu Jinhai a Lu Han.

—Todo está bien, tío —respondió Lu Han.

Sintiéndose molesto con la plática de oficina, el anciano Lu no pudo contenerse y dijo con un tono enojado:

—¿Les pedí que hablaran de su trabajo aquí? Dejen sus negocios en la oficina. No los traigan a casa.

Era una oportunidad rara para que todos estuvieran en el mismo lugar al mismo tiempo, y el anciano Lu quería pasar el tiempo productivamente.

—Perdón, padre. Estábamos solo... —Lu Jinhai no pudo continuar cuando vio el ceño fruncido de su padre.

—¿Cómo fue su viaje, mis hermosas nietas? —preguntó el anciano Lu, dirigiéndose a las dos chicas e ignorando a su hijo.

—Fue fantástico abuelo. Shanghái estuvo increíble. Fuimos a...

Mientras charlaban, Lu Lijun vio a Lu Qiang acercándose a ellos. Se levantó y corrió hacia él.

—¿Sabes, hermano mayor? justo ahora el abuelo regañó a papá y al primo mayor —se rió entre dientes—. Deberías haber venido antes para ver sus caras.

Sonriendo a su hermano, Lu Qiang caminó hacia el área de asientos.

Lu Lian y Lu Bao le dieron un resumen de su viaje al abuelo y comenzaron a discutir su preparación para el evento. De repente, Lu Lian miró en dirección a sus dos hermanos que se acercaban.

—¿No te parece que el hermano Lu Qiang es demasiado guapo? —dijo Lu Lian en un tono bajo que solo Lu Bao podía escuchar.

—No solo guapo sino malditamente sexy —dijo Lu Bao, siguiendo la mirada de Lu Lian.

—Me pregunto cuántas chicas se volverían locas por él —dijo Lu Lian pensativa.

—Estoy segura de que todas deben haber tenido noches locas pensando en él —había picardía en los ojos de Lu Bao.

—¡Jaja! Tienes razón, pero no es bueno hablar así de nuestro hermano —Lu Lian parecía avergonzada por el rumbo que tomaba la conversación.

—Es nuestro hermano, por eso tenemos derecho a hablar cualquier cosa sobre él —contratacó Lu Boa mientras continuaba—. Mira a Lu Lijun. Ha salido a hermano Lu Qiang. Vamos a tener otro hermano guapo.

—Pero tengo la sensación de que tú has salido a nuestro abuelo—audaz y descarada —estas palabras vinieron de Su Hui, que estaba sentada justo al lado de Lu Bao, quien no se había dado cuenta de que su madre escuchaba todo.

Las hermanas permanecieron en silencio, actuando como ladrones que habían sido atrapados con las manos en la masa.

Lu Qiang y Lu Lijun llegaron al área de asientos y se sentaron uno al lado del otro. El anciano Lu estaba discutiendo la organización del evento con sus hijos. Al ver a Lu Qiang dejó de hablarles a sus hijos y declaró mirando a Lu Qiang:

—Después del evento de mañana, quiero que celebremos otro gran evento en nuestra familia.

Todo el mundo estaba seguro de que se volvería a sacar el tema de los bisnietos, pero se equivocaban.

—Quiero que te cases pronto —dijo el anciano Lu en una voz firme, ordenando a Lu Qiang.

—¿Matrimonio? —Lu Qiang tosió sorprendido ante la súbita charla de matrimonio.

—Los demás: ¡Vaya, matrimonio! Por fin habló de algo significativo... Cuenten con nosotros.

Todo el mundo parecía feliz con la exigencia excepto Lu Qiang y Lu Lijun, quienes estaban impactados y enojados, respectivamente.

—Para el evento de mañana, hemos invitado a todas las familias reputadas y nobles de la ciudad. La mayoría de las familias tienen chicas hermosas y educadas. Mira si encuentras a alguien adecuado para ti —dijo Lu Jinhai para apoyar a su padre.

Al escuchar lo que su esposo y el anciano Lu dijeron, Ning Jiahui habló:

—Tienen razón. Deberías pensar en formar una familia ahora.

Con esta frase de Ning Jiahui, todos asintieron y comenzaron a pedirle que se casara.

Fastidiado con el tema, Lu Qiang no pudo evitar estallar:

—Abuelo, hasta esta mañana estabas empeñado en querer bisnietos, y ahora estás obsesionado con mi matrimonio.

El pobre cordero no se dio cuenta de que había caído en la trampa del hombre mayor de que sería objeto de burla.

—¿Así que estás de acuerdo en darme bisnietos, pero no quieres casarte? ¿Tengo razón? —dijo el viejo con suficiencia.

—¿Eh? ¿Cuándo dije eso? —Lu Qiang tartamudeó, confundido por el giro de los acontecimientos.

—Los demás: El pobre chico cayó en la trampa del abuelo.

—Por la mañana, accediste a cumplir mi deseo de tener bisnietos, así que pensé que el matrimonio sería bueno antes de eso, pero si no lo quieres, estaré feliz de conformarme con tener bisnietos —respondió el anciano Lu.

Antes de que Lu Qiang pudiera decir algo, Lu Lijun frunció el ceño y preguntó:

—¿Vas a casarte, hermano mayor?

—¡No! No lo estoy. No le hagas caso al Abuelo —dijo algo furiosamente.

—Pero ¿y si te casaras? Sé que amarás a tu esposa y no me prestarás atención —Lu Lijun, que había estado en silencio durante la conversación, de repente habló.

—Tendrás una persona más que te ame si me casara —aseguró Lu Qiang—. Ella te amaría y cuidaría de ti como yo lo hago.

—¿De verdad?

—¡Sí! —dijo Lu Qiang con voz firme.

—¡Está bien! Entonces, yo también la amaré y cuidaré de ella —dijo Lu Lijun con una gran sonrisa en su rostro.

—Lo dices en serio, ¿verdad? —Lu Qiang preguntó sorprendido de lo rápido que Lu Lijun había aceptado.

—¡Sí! ¡Esa es una promesa! —dijo Lu Lijun con emoción.

Todo el mundo estaba contento de ver a Lu Lijun feliz porque sabían que Lu Qiang nunca haría algo que pudiera molestar a Lu Lijun. Así que, para que se casara, era necesaria la aprobación de Lu Lijun.

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