—Era ella —Dorothy no podía dejar de temblar mientras tambaleaba—. Ver el cuerpo de tres hombres desnudos en su dormitorio la dejó conmocionada. Por primera vez, el miedo se registró dentro de ella—. Fue Rosalind. Ella hizo esto. Realmente quería derribarme. Ella
La realización la golpeó.
Esto no era solo obra de Rosalind.
No hay forma de que alguien como Rosalind pudiera lograr tal hazaña. Debe ser el Duque.
La razón por la cual Rosalind había cambiado tanto era por el apoyo del Duque. ¡Todo esto era obra del Duque!
—¡Sáquenlos de la cama de mi hija! —Victoria siseó, su mirada llena de veneno—. Si esto fue realmente obra de Rosalind entonces... —Abrazó a su hija y acarició lentamente la espalda de Dorothy—. Esa mujer acaba de cruzar la línea.
—Te lo dije, madre, ¡no parará hasta destruirme! Ella va a matarme, madre. ¿Cómo pudiste impedirme hacerle algo? Pase lo que pase, ¡ella necesitaba quedarse! ¡No puede dejar esta mansión y tener su libertad! —sollozó Dorothy.
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