Yan Sui miró a sus colegas que lo miraban con ojos que pertenecían a los de un depredador y tragó pesadamente; arrebató el maíz que ya estaba asado en la estufa y luego, con cuidado, mientras soplaba y resoplaba porque el maíz grillado quemaba un poco su piel, lo colocó dentro del abrigo que llevaba puesto.
A pesar de que le temblaban las piernas, aún aclaró su garganta y luego dijo en voz baja —Esto es... Esto es algo que pertenece al CEO Shen, por favor mantengan sus ojos y manos alejados de ello. Mientras hablaba, se giró para mirar a Xiao Huai, quería pedir ayuda pero tan pronto se giró hacia Xiao Huai y vio el mismo destello codicioso y glotón en sus ojos, ¡supo que Xiao Huai también se había rebelado!
—¿Yan Sui...? —Xiao Huai levantó la mirada del bulto dentro del bolsillo de Yan Sui y luego miró al último con una sonrisa causando que las cejas de Yan Sui saltaran un poco, incluso aunque el tritón frente a él sonreía Yan Sui sintió un presagio de mal augurio en su cuerpo.
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