Recomendación musical: Heavens, what an afternoon - John Lunn
—Lejos del Reino de la Tormenta, y aún más lejos de Versalles, la Princesa Niyasa se encontraba varada en una isla desierta. Era el cuarto día desde que había sido arrojada del barco que se dirigía al Reino de la Tormenta.
Yacía esparcida en la orilla arenosa, no porque estuviera muerta, sino más bien porque poseía la suerte tenaz de una cucaracha, logrando de alguna manera aferrarse a la vida. Pero no se sentía muy viva en estos momentos.
Las costosas ropas de Niyasa estaban rasgadas y cubiertas de suciedad. Y a este ritmo, no pasaría mucho tiempo antes de que se asemejara a una mujer primitiva de la selva.
—Ugh… ¿por qué nadie viene a rescatarme? —se lamentaba Niyasa, ajustándose bajo las hojas para proteger su hermoso rostro del sol, ya que no quería oscurecer su piel. Continuó,
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