Corrieron durante aproximadamente otra hora cuando Altea recordó una pregunta.
—También me preocupan las traiciones —dijo.
—No es imposible, pero no es tan común como piensas, señorita Altea —dijo Oslo—. Una vez perdido el territorio y el sistema seleccionara aleatoriamente la mitad que serían esclavos, estos esclavos no solo perderían sus residencias sino también todo su dinero en la 'cartera' al Señor del territorio ganador.
Esta era la razón principal por la cual era improbable que la gente traicionara a sus territorios, incluso si les trataban mal. La única razón para la traición en este escenario sería si les prometieran una salida.
También había que notar que cualquier persona dentro de los muros del territorio que no tuviera residencias de territorios más fuertes recibiría los mismos riesgos de convertirse en esclavos. Es decir, todos, incluidos los visitantes podrían volverse uno.
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