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Capitulo 1

Entonces, solo dos aclaraciones.

Si eres nuevo en esté fic, entonces te aviso desde ya que esté fic no está enfocado en una trama compleja o en una historia de como el prota va superando obstáculos con ayuda de su ingenio y poderes. Esto va simplemente de lo que dice el título. Las peleas no importan demasiado aquí. Cualquier fic con algo similar a un sistema es uno que ya sabes cómo va a acabar, y no soy tan bueno escribiendo como para hacer eso interesante.

Si ya leíste la primera versión de esté fic, entonces esta versión no será igual. Porque básicamente no recuerdo cómo era exactamente la primera versión. La trama sera parecida, pero que no te extrañe que hayan cosas que pasan diferentes a lo que recordabas.

Los capítulos saldrán un poco cuando me salga de los guevos escribir. Esto es solo un pasatiempo. Así que sin presiones. :3

La portada la pondré en cuanto averigüe como hacer que la app me deje subir alguna imagen que cumpla con los requisitos.

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''Despierta, mi pequeño mortal. Y sé agradecido, te he concedido una segunda oportunidad''.

[ INSTALACIÓN DE SISTEMA COMPLETADA ]

Abrí lentamente los ojos ante aquella extraña voz que escuché. Mi cuerpo se sentía pesado, y mi mente confusa. Cómo si llevara mucho tiempo dormido. Miré a mi alrededor, viendo que estaba en lo que parecía ser una habitación de alguna cabaña construida mayormente en madera. La luz del sol atravesaba la ventana, y por la posición en la que los rayos pasaban a través de las cortinas, creo que era temprano en la mañana. Estaba acostado sobre una cama bastante suave, y bastante grande, quizás una cama para dos personas.

'¿Dónde estoy...?'. No podía recordar nada... No, de hecho podía recordar algunas cosas, sensaciones vagas e imágenes confusas llegaban a mi mente, pero nada concreto que me ayude a saber dónde estoy.

''Si tus antiguos recuerdos son confusos no te preocupes. Es normal en un alma que pasó tanto tiempo en el limbo entre los mundos''.

Vuelvo a escuchar aquella voz. Miro alrededor de la habitación buscando su origen, pero no había nadie más aquí. '¿Qué está pasando?'.

''No te alarmes. Acabas de reencarnar luego de quién sabe cuánto tiempo. Por lo que tus recuerdos deberían ser en el mejor de los casos, casi inexistentes. El hecho de que puedas recordar algo es incluso algo digno de elogio, siéntete orgulloso''.

Era una voz femenina, increíblemente hermosa. Tanto que incluso me hizo olvidar la preocupación que sentía por la situación en la que me encontraba. El hecho de estar escuchando una voz en mi cabeza debería haber sido otra razón para preocuparse, pero era tan armoniosa y bella que no pude evitar quedarme cautivado.

"Vaya, gracias mi pequeño mortal". Por su tono, parecía bastante complacida.

—Yo…—. Intento formular alguna pregunta. Pero estaba demasiado confuso para pensar en algo. ¿De que se supone que estaba hablando está voz en mi cabeza?. ¿Qué está pasando?. ¿Dónde estaba?.

"Si, supongo que es esperable. Debes estar bastante confundido. Déjame explicarte; tú estabas muerto...". Empieza la misteriosa voz femenina en mi cabeza. "No sé exactamente cuánto hace de tu muerte, pero te encontré vagando sin rumbo por mis dominios. Así que decidí concedérte algunos de mis dones, junto con una pequeña fracción de mi poder y darte una segunda oportunidad para vivir".

—...—. No podía formular palabras para lo que escuchaba. ¿Yo morí...?. ¿Cuándo?. ¿Cómo?.

''Te dije que no te alarmes, pequeño mortal''.

No presté atención a la voz en mi cabeza. Mi respiración se volvía errática, mis manos empezaron a temblar y un sudor frío empezaba a bajar por mi frente. ¿Era cierto?. ¿Hace cuánto de mi muerte?. ¿Qué pasó con mi familia?. ¿Siquiera tenía algún familiar?. No podía recordar nada al respecto. No pude evitar sostener mi pecho, sintiendo como mi corazón empezaba a latir con fuerza contra mi pecho debido al pánico.

''Ugh... Enserio esto es molesto...''.

[ (Habilidad) MENTE DEL JUGADOR. Nvl-Max. (Permite al usuario mantener su estado mental libre de influencias externas, así cómo de estados mentales negativos) ]

¿Que está-...?. ¿Yo…?... Entiendo.

Tal como decía la pantalla frente a mí, una calma antinatural me invadió. Sin embargo, eso no me perturbo en lo absoluto, ni siquiera el hecho de que ahora estaba viendo una pantalla como la de un videojuego flotando frente a mí.

Sin embargo, a pesar de la calma que sentía, aún había una cuestión que quería resolver. —¿Hace cuánto morí?.

"Hmm… Supongo que incluso ahora, eso es algo que le preocuparía a un mortal". Murmuró la voz en mi cabeza. "Realmente no estoy segura, sin embargo asumo que fueron al menos novecientos años. Tomando en cuenta dónde estabas cuando te encontré"

Novecientos años... . —Ja...—. Una risa hueca se me escapa ante la incredulidad que sentía. Novecientos años. El pensar en algún familiar era ridículo en este punto. Incluso si pudiera recordar alguno, ya había pasado demasiado tiempo. Incluso pensar en volver a mi antiguo mundo era inútil, ya no había posibilidad de que sea el mismo que cuando morí. La humanidad puede que incluso este extinta en este punto, si algo hacían bien los humanos era buscar razones para pelear. Quizás ocurrió otra guerra mundial y la humanidad termino desapareciendo tras algún holocausto nuclear.

Solté un suspiro apartando esos pensamientos.

Ya no importa.

"Vaya, esa habilidad es bastante efectiva". Murmura aquella voz, sonando ligeramente sorprendida.

Mi vista pasa por la habitación, hasta un espejo grande con un marco de madera, el cuál estaba recostado en una de las paredes. Con curiosidad me acercó a él, deteniéndome a observar mi propio reflejo. Era alto, eso fue lo primero que note, ya que el espejo apenas era lo suficientemente grande como para poder verme completamente a esta distancia. Tenía el pelo corto, de un color grisáceo. Mis ojos también eran grises, casi llegando a ser negros. Mi complexión era atlética, ni muy delgado ni muy musculoso. Además... Era guapo. Anormalmente guapo diría.

Era extraño mirarme, ya que estoy casi seguro de que no era así de guapo. Creo que no recordaba haber visto a alguien así de guapo. Casi como un personaje ficticio de alguna historia para mujeres jóvenes.

"Por supuesto que tú apariencia resultaría agradable a la vista. Fui yo quién creó tu cuerpo. Nunca permitiría que mi pequeño mortal tenga una apariencia menos que digna de alguien como yo". Comenta la diosa con altivez.

—Entonces, señorita voz en mi cabeza. ¿Dónde estoy?. ¿Y que es esta pantalla que sigue apareciendo frente a mí?.

"Hmp... Ignoraré esa falta de respeto a una diosa como yo ya que acabas de reencarnar. Sin embargo, será mejor que empieces a hablar apropiadamente conmigo, pequeño mortal...". Amonestó la aparente diosa en mi cabeza. "Pero respondiendo a tus preguntas; ya no estás en tu antiguo mundo. Te encontré vagando cerca de mis dominios, así que decidí reencarnar tú alma en un nuevo cuerpo, junto con algunas de mis bendiciones. Supongo que eso es la 'pantalla' de la que hablas".

Está situación era... Extrañamente familiar de alguna manera... —Entonces... Mm... ¿Señorita diosa?. Está bendición es alguna clase de sistema gamer, o algo así?.

"¿Sistema gamer?...". Ella murmuró, probando las palabras que salían de su boca, como si fuera un término desconocido para ella. "Supongo que la bendición que te otorgue tomó la forma que era más adecuada a tí. Ésta bendición te otorgará un poder con el que ningún mortal podría soñar. Mientras más la uses, más poderoso te volverás".

Entonces mi suposición era correcta. Me habían reencarnado en otro mundo, con un sistema. No pude evitar sonreír ante las implicaciones. No sabía por que podía recordar lo que era algo como ésto, pero aún así no podría importarme menos. Quizás debería sentirme algo preocupado de que me vería obligado a pelear con algo cada vez más fuerte si quería subir de nivel, pero en este momento estaba demasiado emocionado como para pensar en éso.

"Oh, vaya. Estás bastante confundido, mi pequeño mortal. No estoy para nada interesada en algo como la lucha y el conflicto. Eso es algo muy por debajo de mi como una diosa del amor y el deseo". Dijo la diosa desconocida, deteniendo mis pensamientos.

—Entonces... ¿Por qué me trajiste a este mundo?—. No pude evitar preguntar. Se suponía que cuando alguien reencarna a en otro mundo a causa de un dios, era para combatir algún mal antiguo y desconocido que amenazaba ese mundo. Existían excepciones; en dónde solo los enviaban a otro mundo por diversión, pero aún así, el fin siempre era pelear y subir de nivel para ser más poderosos y seguir peleando.

"Tienes razón en una cosa. En este mundo hay un mal muy antiguo... Al menos para los estándares mortales. Pero honestamente, es una cosita tan fea y lamentable que no quiero tener absolutamente nada que ver con ella". Empieza la diosa en mi cabeza, sonando genuinamente aburrida de lo que acababa de definir como un mal antiguo que amenazaba a todo el mundo. "No, pequeño mortal. No te traje a este mundo a pelear contra un montón de engendros de la oscuridad. Te traje a este mundo a esparcir el regalo del amor".

—Y... ¿Cómo dices que haré éso?.

"Teniendo sexo, obviamente".

...

... ...

... ... ...

—Me trajiste a otro mundo... ¿Solo para tener sexo?—. No pude evitar preguntar.

Cosa de la que me arrepentí inmediatamente. Una sensación de peligro recorre todo mi ser, llegando hasta lo más profundo de mi. Era como si tuviera la certeza de que estaba a punto de morir de forma irremediable.

Podía sentir el sudor frío recorriendo mi rostro y espalda. Mis manos temblaban como frágiles hojas secas y mi visión se tornó borrosa. Quería escapar, pero mi cuerpo no respondía en absoluto. Estaba total y completamente paralizado del miedo.

"Ésta vez voy a perdonar está ofensa hacía mí, pequeño mortal, ya que me considero bastante benevolente. Sin embargo, ten cuidado con las próximas palabras que salen de tu boca. Incluso mi paciencia tiene un límite...". Su tono era más frío que el invierno más inclemente y cruel. Sentía que mi propia alma podría quebrarse en cualquier momento con solo escucharla. Incluso si su voz seguía siendo tan hermosa como antes, eso no quitó en lo más mínimo el miedo primordial que sentía en este momento.

—L-lo lamento... Muchísimo... Diosa mía...—. Apenas pude murmurar. De pronto la sensación se disipó tan rápido como había llegado, dejándome respirar normalmente otra vez. Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración hasta ahora. No quería volver a experimentar eso nunca más.

"Oh, descuida, mi pequeño mortal. Mientras no se repita, te prometo que todo estará bien entre nosotros". Su voz había vuelto al tono alegre y armonioso de antes, sin embargo, el recuerdo de aquella sensación, y el gélido tono que había usado antes no era algo que olvidaría pronto.

—Entonces... Mi diosa. ¿Qué debería hacer ahora?—. Me atreví a preguntar.

"Hmm... Supongo que ahora no tienes el suficiente poder para seducir a las mujeres de esta casa... Entonces creo por ahora debería bastar si lo haces tú mismo".

—Cómo... ¿Masturbarme?.

"Si, exactamente".

Quería negarme a hacer algo así. No solo no tenía ninguna clase de ánimo de hacerlo, si no que no sabía siquiera dónde estaba ahora. Sin embargo, realmente no podía negarme, no si quería seguir viviendo.

"Hmm... Si, supongo que ahora no tendrías ánimos de hacerlo ahora... Entonces, ¿Qué tal ésto...?".

Antes de que pudiera preguntar qué estaba pasando, empecé a sentir como mi cuerpo se calentaba cuando una excitación anormal me invadía. Mi miembro se endureció rápidamente, apretando contra los pantalones que llevaba. Lo miré bastante sorprendido.

No recordaba que fuera de ese tamaño.

¿Siquiera era posible tenerlo de ése tamaño?.

Mi mano se movió lentamente. No quería hacerlo, pero con mi excitación creciente de forma anormal y la amenaza de sufrir un castigo por parte de una aparente diosa no tuve más opción. Desabrochando mis pantalones, saqué mi miembro erecto y empecé a acariciarlo lentamente.

"Ohoho~. Que vista tan indecente. ¿Qué diría alguien si te encuentra en esta situación?". Comentó la diosa con maliciosa diversión.

Sin embargo, no le presté atención, tanto para evitar mi vergüenza, como para evitar distraerme. Mi miembro se sentía anormalmente caliente en mi mano. Palpitaba con fuerza y desprendía un extraño olor que no pude identificar. Sin embargo, tampoco es que este esforzándome por averiguarlo. Estaba demasiado concentrado en tratar de correrme lo más rápido posible.

Casi un minuto pasó, cuando empecé a sentir que estaba llegando al clímax. Mi mano se movió con más velocidad mientras mis bolas se empezaron a contraer lentamente, preparándose para liberar mi carga.

Pero antes de que pudiera terminar, la puerta de la habitación se abrió. Una mujer se asomó por ésta, era una ya algo madura, de unos treinta y tantos quizás. Era hermosa, muy hermosa de hecho. Tenía el pelo negro con algunos mechones rojos, sus ojos eran de un hermoso plateado brillante. Sus labios eran bastantes carnosos y su piel era de un saludable tono ligeramente pálido que hacía denotar bastante el sonrojo en sus mejillas. Sus pechos eran bastantes grandes, tanto que la parte superior de su vestido apenas podía contenerlos. Además de que era bastante curvilínea.

Era una milf en toda regla.

Ella me miró, completamente sorprendida. Quizás por el hecho de que estaba despierto. O quizás por el hecho de que no solo estaba despierto, si no que estaba dándome placer en lo que seguramente era su propia cama y quizás la de su esposo.

Ninguno de los dos se movió por unos buenos veinte segundos. Tras los cuales mi pene decidió que era buena idea terminar lo que había empezado. Mis bolas se contrajeron y toda mi carga salió disparada en un potente chorro, el cuál me habría detenido a admirar, de no ser por la situación en la que estaba. No sabía cuánto tiempo debía acumularse el semen para que salga tal cantidad, pero de nuevo, no estaba en una situación como para preocuparme por esas cosas.

Por suerte para mí, no le cayó encima a la mujer, si no que cayó justo enfrente de ella, a sus pies. Aunque honestamente no sabía si eso era realmente mejor. Ella miró el viscoso líquido blanco con aún más sorpresa. Su boca se abrió pero no expresó ninguna palabra. Optando mejor por caminar de vuelta lentamente, cerrando la puerta otra vez mientras salía de la habitación.

Solo ahí, escuché nuevamente la voz de la diosa riendo a carcajadas de mi vergüenza.

[ HAZ SUBIDO DE NIVEL ]

Ni siquiera el aviso del sistema me distrajo de mi creciente vergüenza. En este momento solo quería que el suelo debajo de mi se abriera y me tragara para no tener que mirar a la cara a esa mujer luego de lo que hice. Sabía que algo así podría pasar. Masturbarse en un lugar desconocido es simplemente una completa estupidez, más si ni siquiera sabes cómo llegaste a ese lugar en primer lugar. Pero negarme no era una opción, no con...

"Oh. Relájate, pequeño mortal, no es para tanto. Además, funcionó. Tu poder aumentó ligeramente y sobre todo; dejaste una gran impresión en esa mujer".

Quería decir algo al respecto, pero eso era como jugar con fuego en este punto. Está diosa era caprichosa y yo estaba sobre hielo fino con ella. No quería provocarla a hacer alguna locura de la que pueda arrepentirme. Así que simplemente suspire en resignación. También podía sentir los efectos de la habilidad 'Mente del jugador' haciendo que mi vergüenza se disipara. Ciertamente era una habilidad bastante útil.

"¿Verdad que sí?...". Comenta la diosa, aún con diversión en su voz. "Veamos cuánto subió tu poder".

Parpadeo confundido. —¿Cómo hago éso...?.

"¿Y cómo voy a saber eso?. Mi bendición se adapto a tí. Tú más que nadie debería saber cómo funciona".

Pienso unos segundos, hasta que una idea llega a mi mente. —... Estado.

[ NOMBRE — (Sin elegir)

NIVEL — 2. (0%)

RAZA — Mortal/Humano

VIDA — 1,000

MANA — 1,00

- ESTADÍSTICAS -

FUERZA — 20

DUREZA — 20

AGILIDAD — 20

VITALIDAD — 25

INTELIGENCIA — 25

CARISMA — 30

SUERTE — 15

- HABILIDADES PASIVAS -

MENTE DEL JUGADOR. NVL. - MAX. (?)

- HABILIDADES ACTIVAS -

DULCE TOQUE. NVL. - 2/100. (?) ]

"Bien. Parece que todo funciona exelente". Comenta la diosa justo cuando termine de leer la pantalla frente a mí. Aún me parecía bastante irreal que esto esté pasando en verdad. Aunque ahora que lo pienso, era un poco extraño este sistema. La diosa había dicho que no estaba interesada en que yo peleara, sin embargo, el sistema contaba varios de mis atributos físicos como una estadística. "Eso no es una decisión mía. Ya te dije que mi bendición se adapto a tí. Si tú aún quieres usar mi bendición para peleas sin sentido entonces es tú problema".

Sin embargo, tú misma dijiste que existe un mal en este mundo, ¿No?. Entonces, necesitaré hacerme más fuerte si no quiero morir. Y si muero entonces no puedo cumplir con lo que me pediste". Argumento, haciendo que la diosa se quede en silencio por unos segundos.

"... Bien. Tu ganas. Si quieres rebajarte a ese nivel, toma". Antes de que pudiera preguntarme de que hablaba, una extraña sensación me invadió completamente. "Ahí tienes tu estúpida fuerza, ya no tienes excusas sobre que algún asqueroso engendro quiera matarte".

[ ESTADÍSTICAS AUMENTADAS

FUERZA — 20>>>100

DUREZA — 20>>>100

AGILIDAD — 20>>>100

VITALIDAD — 25>>105 ]

¿Q—Que...?. ¡¿Qué?!. ¡¡¿Qué demonios?!!.

"¿Qué sucede?. ¿No era ésto lo que querías, pequeño mortal?".

—Yo... Es decir...—. Esto... Se sentía un poco mal, ¿No?. ¿No sé suponía que debería aumentar mi fuerza enfrentándome a enemigos y subiendo de nivel?. Volverme así de fuerte de forma tan fácil era...

"¿Cuántas veces tengo que repetirlo?. No te envié a este mundo a pelear. Tu misión es esparcir mis bendiciones a todas las mujeres que encuentres... Es más...".

Antes de que pudiera preocuparme por lo que sea que está diosa quisiera hacer ahora, un nuevo mensaje del sistema apareció frente a mí.

[ NUEVA MISIÓN

- Haz que (Summer Rose) se corra una vez.

RECOMPENSAS:

+1 NIVEL.

+1 HABILIDAD ACTIVA

+1 HABILIDAD PASIVA

+50 REPUTACIÓN CON (Summer Rose) ]

Entonces... ¿Estoy en alguna clase de mundo hentai?. ¿Caí en manos de una diosa pervertida que estaba aburrida y decidió mandarme a otro mundo a tener el equivalente a una série porno?.

—¿Summer Rose es...?.

"La mujer que te vió mientras te masturbabas, sí ".

Bueno, ciertamente era una mujer hermosa, pero todo esto se sentía... ¿Mal?. No es que no quisiera hacerlo con esa mujer, pero ni siquiera la conocía, literalmente apenas nos vimos, y fue en una situación que no podía ser peor para una primera impresión. Además, ¿Un sistema para tener sexo?. Era algo demasiado absurdo.

"¿Te quejas?. No trates de actuar como si no quisieras desnudar a esa mujer y apretar sus enormes pechos".

Decido ignorar su comentario. No era un desalmado. Solo haría esto porque este sistema retorcido me está obligando.

"Por supuesto. Si éso te ayuda a sentirte mejor contigo mismo".

Escucho un par de golpes en la puerta. Rápidamente acomodo mi pene dentro de mis pantalones y ajusto el cinturón antes de que nadie entrara de nuevo a la habitación.

—¿Ya-... Ya terminaste?—. Pregunta la misma mujer de antes, Summer, mientras abre lentamente la puerta y se asoma ligeramente.

—S-si...—. Logro decir, volviendo a sentirme avergonzado por lo que hice.

Ella entra lentamente a su propia habitación, antes de detenerse y mirar al suelo; al lugar donde había caído el chorro de semen. El cuál, para mí sorpresa, había desaparecido. Me habría preguntado sobre algo como éso, pero ahora había asuntos más importantes que atender.

—Yo... Lo siento mucho... Por lo de hace rato...—. Me disculpo, mientras inclino mi cabeza, incapaz de mirar a la mujer a los ojos.

—D-descuida... Supongo que un chico de tu edad... Tiene sus... Necesidades...—. Ella responde en un tono amable, pero su mirada se desvío y sus mejillas estaban ligeramente rojas. Habría admirado lo linda que se veía, de no ser porque estaba demasiado avergonzado. —Entonces... Supongo que ya te sientes mejor si hiciste... Eso... ¿Sabes cómo terminaste desmayado en medio del bosque?—.

Parpadeo confundido ante su pregunta. —¿Que...?.

—Una de mis hijas te encontró en el bosque cerca de aquí, desmayado y... Desnudo... Tuve que ponerte algo de ropa que tenía guardada.

Genial. Ahora no solo era un pervertido, si no también un exhibicionista. Y la que me encontró fue una de sus hijas. Si su opinión sobre mí no era lo suficientemente mala, ahora sin duda lo era.

—Yo... No. No recuerdo cómo terminé en el bosque—. Respondí, cubriendo mi rostro con ambas manos para evitar mirarla a la cara.

—Entiendo... ¿Recuerdas algo?. ¿Tu nombre?. ¿De dónde vienes?. ¿Algún familiar que pueda contactar?—. Ella pregunta, sonando genuinamente preocupada por mí. Cosa que solo me hizo sentirme peor conmigo mismo.

—No...—. Niego con la cabeza. —Mis recuerdos son confusos... Pero no creo que tenga familia. Mi nombre... Yo...—. Mi expresión se tornó en ligero pánico. ¡¿Cuál era mi nombre?!.

—Está bien. No tienes que esforzarte demasiado, estoy segura de que podrás recordar algo pronto. Mientras tanto, podemos ayudarte a averiguar algo sobre dónde vives—. Ella me dedicó una pequeña y amable sonrisa. No merecía este trato de ella.

—Gracias, Su-... Señorita...—. Estaba a punto de decir su nombre, pero por suerte no lo hice. Eso sin duda me haría parecer sospechoso.

—Soy Summer. Summer Rose. ¿Por qué no bajas?. Debes estar hambriento. Prepare algo por si acaso—. Dijo, con otra pequeña sonrisa llena de amabilidad.

—Gracias...

Ella se dió la vuelta, indicándo que la siguiera. Ambos bajamos hasta el piso inferior, pero en el camino, no pude evitar que mi mirada terminara en su trasero. Incluso usando un vestido, sus caderas eran bastantes notables. El corsé que llevaba no hacía más que remarcar sus curvas desarrolladas. Su andar era recatado, pero había una cierta sensualidad con la que no pude evitar quedar hipnotizado.

Ella pareció notar mi mirada, o al menos lo sospechó, ya que volteó ligeramente la vista, a lo que yo aparte rápidamente la mía.

Llegamos a la cocina. Bastante espaciosa y equipada. En el camino aquí, había visto la sala, ocupada por un gran sillón de un tono verde, frente a una extraña pantalla transparente, la cuál supongo era el equivalente a los televisores en este mundo. Aunque aparentemente mucho más avanzados. Sin embargo, el resto de la casa se veía bastante más normal, había una pequeña estantería llena de libros cerca del extraño televisor. Y no muy lejos había una chimenea hecha de ladrillos. Aparte del televisor, no había realmente una presencia de tecnología avanzada. Lo cual se hacía extraño, con la casa pareciendo una cabaña antigua en medio del bosque.

Al llegar a la cocina, ví sentadas en la mesa a dos chicas. Una de ellas parecía de una edad similar a la que suponía que yo mismo tenía; diecisiete o dieciocho años quizás. Era una chica de pelo rubio, largo y desordenado de una forma salvaje. Sus ojos eran de un tono lila muy hermoso. Vestía con una blusa amarilla sin mangas, con un pronunciado escote. Llevaba también unos pantalones algo holgados de color caqui. No pude evitar mirar sus pechos por unos segundos, los cuales resaltaban por el escote de su blusa. Eran enormes, casi tan grandes como los de Summer. Ella levantó una ceja al verme y luego me dió una pequeña sonrisa pícara. Muy seguramente habiéndose dado cuenta de que la estaba mirando.

La otra, era más joven, de unos quince años más o menos. Ella parecía una versión joven de Summer, lo que llevó a pensar de que la rubia había salido más al padre o quizás era adoptada. No solo su apariencia era similar a Summer, también su ropa. Con un vestido negro y un corsé, con volantes en la parte de la falda. La parte superior de su vestido abrazaba sus pequeños pechos, haciéndolos resaltar. Llevaba también una capa roja con capucha. Ella me dió una sonrisa llena de amabilidad e inocencia, a lo que aparté la mirada para evitar más pensamientos pervertidos, los cuales solo se hacían más constantes. Muy seguramente a causa de está diosa caprichosa y pervertida.

"Jaja~. Si quieres creer eso, eres libre de hacerlo".

—Ellas son mis hijas, Yang...—. Las presentó Summer, empezando por la rubia. —...y Ruby—. Terminando en la más joven.

—¿Y cuál es tu nombre, chico grande?—. Preguntó Yang, aún manteniendo aquella sonrisa pícara en su rostro. El significado del nombre con el que me llamo se me escapó.

—Yang...—. Summer amonestó a la rubia. ¿Quizás ella sabía a lo que Yang se refería?. —El no tiene recuerdos de dónde viene, o incluso su nombre...

—¿Entonces tienes amnesia?—. Preguntó Ruby.

—Supongo...—. Respondí, mientras me sentaba en una de las sillas vacías del comedor. Summer camino hasta la estufa y se acercó con un plato lleno de lo que creo era un pastel de carne. Se veía bastante bien y olía incluso mejor. Empecé a degustar, descubriendo que era mucho más delicioso de lo que imaginé. No me contuve mientras devoraba la deliciosa comida.

Summer parecía complacida con mi reacción, ya que estaba sonriendo con satisfacción y... ¿Añoranza?. No lo sabía, así que decidí descartar ese pensamiento. —Si quieres, puedo darte otro plato—. Comenta Summer.

Yo asiento ávidamente. —Por favor.

—Entonces, si no recuerdas tu nombre, ¿Podemos darle uno?—. Propone Ruby, mirando a su madre.

—Ruby, él no es una mascota—. La amonesta Summer.

—Yo quisiera que fuera mi mascota...—. Murmura Yang por lo bajo, aunque pude escucharla con bastante claridad.

Ignorando las implicaciones de que una de las hijas de Summer haya murmurado algo así, yo comento. —Realmente no me importa. No tengo ningún recuerdo, así que no me importa si me llaman como quieran.

Ruby parecía feliz con la idea. —Entonces, ¿Que tal... Gray?.

—Supongo que está bien...—. Respondí, a lo que Ruby sonrió alegremente. Muy seguramente se le ocurrió por el color de mi pelo. Era un nombre bastante simple, pero tampoco me quejaría.

—Entonces... Gray. ¿Ya se recuperó tu aura?—. Pregunta Yang. —Para haber sobrevivido solo y desarmado en el bosque, debiste haberlo tenido difícil.

—...¿Aura?.

—¿No sabes lo que es el aura...?—. Yang pregunta sorprendida, a lo que niego con la cabeza. —Cielos, ¿Cómo sobreviviste a los Grimm's sin aura, solo y desarmado?.

—¿Grimm's?.

—Wow... Debiste haberte golpeado muy fuerte la cabeza si no sabes lo que es un grimm.

—Yang. No seas insensible—. Summer amonesta a la rubia.

—Perdón...—. Se disculpa ella con una pequeña sonrisa. Ella saca un pequeño y extraño aparato de su bolsillo. Estaba por preguntar que era, hasta que ella lo tomó de los extremos y lo extendió, revelando una pantalla transparente, que me recordó a la pantalla en la sala. Ella vió mi expresión de sorpresa y dijo. —Wow... Entonces, si... Ésto es un Scroll. Es como... Un aparato que sirve para hacer llamadas y navegar por internet... ¿Sabes lo que es internet, no?.

—Si...—. Yo asiento. No sabía por qué, pero recordaba lo que era internet.

Yang suelta un pequeño suspiro de alivio. —Bien... Pensé que tendría que explicar todo...—. Ella empieza a teclear la pantalla, para luego mostrarla. Había una imagen de una criatura similar a un lobo, pero con lo que parecían ser placas óseas en su cabeza. Sus ojos eran rojos, y su pelaje completamente negro. Además de unas protuberancias, similares a espinas de hueso, sobresaliendo por algunas partes de su cuerpo.

—Los Grimm's son básicamente monstruos que quieren acabar con la humanidad...—. Empieza a explicar la rubia. —Y los que pelean contra los Grimm's son los cazadores. Son personas que usan el Aura y sus Semblanzas para acabar con ellos. El aura es como... Una manifestación física del alma. Protege a los cazadores de terminar heridos. Todo el mundo tiene aura, pero para usarla primero hay que despertarla. Y las Semblanzas... Son como poderes que tienen las personas que despiertan su aura.

—Entiendo...—. Magia. Básicamente fui enviado a un mundo lleno de personas con poderes mágicos que peleaban contra criaturas de la noche que solo querían acabar con la humanidad.

Y yo había fui enviado aquí solo para...

"Sexo~, sí."

—Entonces, ¿Realmente no tienes ninguna idea de nada...?—. Pregunta Yang, a lo que niego distraídamente. Apartó mi brazo rápidamente al sentir un dolor agudo en el, viendo que Yang me acaba de pinchar con un tenedor. —Wow, Realmente no tienes aura...—. Murmura ella con incredulidad.

Ruby parecía igualmente asombrada por ese hecho. —Debiste tener mucha suerte. Aquí no hay tantos Grimm's, pero aún así, no es raro encontrar uno que otro merodeando el bosque...—. Luego mira a su madre cuando aparentemente una idea cruzó por su mente. —Mamá, ¿No puedes desbloquear el aura de Gray?—.

—Creo que sería bueno si lo hago, querida. Pero no puedo desbloquear el aura de alguien que no asiste a una escuela de cazadores—. Respondió Summer.

—¿Qué tendría que hacer... Para entrar a una escuela de cazadores?—. Pregunto.

Summer me dedica una pequeña sonrisa de disculpa mientras responde. —Ya es un poco tarde para eso... Normalmente te inscribes a una escuela de cazadores cuando tienes catorce o quince años. Y creo que tú tienes la misma edad de Yang—.

—Entiendo...—. Digo con algo de decepción. Realmente tengo curiosidad por este poder del Aura, supongo que tendría que investigar otra forma de conseguirlo.

—¿No hay otra manera?—. Vuelve a preguntar Ruby.

—Bueno...—. Summer piensa por unos segundos. —Quizás podría aplicar para ir a Beacon. Pero el director tendría que comprobar su caso personalmente y demostrar que tiene el nivel suficiente para entrar.

—¡Oh!. Nosotras podemos entrenarlo...—. Propone Yang con entusiasmo. —Solo me falta este último semestre para ir a Beacon. Y mamá es amiga del director. Podemos entrenarlo en ese tiempo para que pueda entrar a Beacon conmigo.

—Supongo... Que podríamos hacer eso. Si Gray está de acuerdo, por supuesto—. Termina Summer. Esperando mi respuesta.

No había ninguna otra respuesta. —Claro. Hagamos éso.

—¡Excelente!. Empecemos a entrenar yá!—. Dice la rubia, levantándose rápidamente de su asiento.

—¿Ahora?.

—¡Claro que sí!. ¿Qué mejor oportunidad de empezar que ahora mismo?—. Yang respondió, tomando mi brazo y llevándome afuera.

—¡Yang, ten cuidado!. ¡Recuerda que el no tiene Aura!—. Dice Ruby, siguiéndonos.

Salimos al patio delantero de la casa. Aunque llamarlo patio no era realmente correcto. Dado que la cabaña está en medio de un bosque no muy denso, realmente había bastante espacio vacío alrededor.

Yang se paró frente a mí. Con los brazos cruzados bajo sus pechos, haciendo que estos se levanten un poco, lo cuál no sería tan notable de no ser porque su escote no dejaba nada a la imaginación. Sus pechos sobresalían de forma notable a través de su blusa, no sabía si ella lo estaba haciendo a propósito, pero su constante sonrisa cuando se daba cuenta de adónde estaba mirando me decía que sí.

—Muy bien, chico grande. Veamos de qué estás hecho. Primero, veamos tu postura de combate.

Suelto un suspiro. —Realmente no sé nada de esto...—. Dije, adoptando lo que creía era una postura básica de boxeo; mis brazos levantados hasta la altura de mi pecho en guardia, con el izquierdo adelante y ambas piernas separadas al mismo nivel que mis hombros.

—Eh~. Nada mal. Al menos sabes cómo pararte—. Dice la rubia, caminando hacia mí. —Ahora, dame tu mejor golpe.

—...¿Estás segura?—. Pregunto dubitativo. Miré hacía Ruby y Summer no muy lejos, las cuales no parecían preocupadas por esto.

—Claro. Descuida, no me harás daño. Mi aura me protegerá—. Responde ella, apartando mis preocupaciones.

—Ok, entonces...—. Sin ver ninguna razón para negarme, me preparo y lanzo un gancho derecho directamente a ella. Yang usa sus brazos para bloquear mi golpe, pero la fuerza de este era mucho más grande de la que cualquiera de nosotros esperaba.

Yang salió empujada varios metros, mientras sus pies hacían surcos en la tierra. Solo luego de que ella había retrocedido más allá de su posición inicial, fue que pudo frenar su avance, plantando más firmemente sus pies en el suelo.

Tragué, mientras veía mi puño derecho con absoluto asombro. Sabía que la diosa había aumentado mis estadísticas físicas, pero no imaginé... Algo como éso.

—Cielos... ¿Estás seguro que no tienes una Semblanza?—. Pregunta Yang, recuperando el equilibrio.

—Yo... No...

—Eres prácticamente tan fuerte como yo...—. Ella comenta, mirando su antebrazo con curiosidad. —Bueno, chico grande. Ya ví que tienes un buen brazo, ahora, veamos cómo te mueves—. Ella volvió a sonreír, aunque ahora su sonrisa era depredadora, no pude evitar sentirme en peligro ante lo que vendría. —Oh~... Relájate. Prometo que seré amable~.

—Yang...—. Ambos escuchamos a Summer, que llamo a su hija para detener sus malignas intenciones. —Recuerda que Gray no tiene Aura. No vayas a exagerar.

—Sí mamá...—. Respondió Yang lentamente. Soltó un suspiro, para luego volver a su posición de lucha, aunque ya sin intenciones de hacerme daño. —Ok. Entonces vayamos con algo simple. Un pequeño intercambio lento para ver tus límites.

Empezamos con el intercambio. Ella primero lanzó un gancho izquierdo lento, el cuál bloqueé con mi antebrazo. Apenas lo sentí, pero lo atribuí a qué simplemente no usó demasiada fuerza. Luego atacó con su brazo derecho un poco más rápido, sin embargo, también pude bloquearlo.

Luego de ésto, Yang pareció tomar un poco más de confianza, ya que se puso en guardia nuevamente, para proceder a atacarme con un gancho derecho. Pude bloquear su golpe, aunque con algo más de dificultad.

Decidí que no me quedaría simplemente recibiendo sus golpes, así que contraataque con un gancho derecho, pero Yang aprovecho mi pésima postura para esquivar mi golpe y conectar un puñetazo directamente en mi mandíbula. El golpe no fue realmente fuerte, pero si me sorprendió.

Comenzamos a subir el nivel poco a poco. Aunque no pude igualar a Yang, su experiencia era muy superior a la mía. Mi fuerza parecía igualar la suya y mi resistencia parecía ser superior, pero aún no poseía la habilidad para coordinar mi propio cuerpo como ella lo hacía. Así que nuestro entrenamiento consistió básicamente en Yang bailando alrededor de mis ataques, mientras ella aprovechaba para castigar mi inexperiencia.

—Lo haces bien para ser un novato—. Comenta Yang, deteniéndose luego de un rato. Su aliento ligeramente acelerado por el ejercicio, mientras una pequeña capa de sudor empezaba a adornar su rostro y cuello.

—A mí no me parece así…—. Comenté con ligera frustración.

—Oye, no te sientas mal, chico grande. Literalmente estuve entrenando casi toda mi vida. Es imposible que seas mejor que yo si esta es tu primera vez en una pelea —. Yang explicó, y tuve que aceptar que ella tenía razón. No podía recordar haber peleado antes, aunque quizás lo haya hecho, ya que sabía al menos como debería pararme en una pelea. Pero aún así, era estúpido esperar poder ganarle cuando no tenía experiencia previa.

Continuamos con el intercambio, que no era realmente un intercambio. No pude realmente golpearla. No a menos que ella quisiera bloquear un ataque, solo para poder contraatacar después. Al final, fue Summer la que puso fin al encuentro, diciendo que ya habían pasado más de veinte minutos, cosa que me sorprendió bastante. No me sentía lo suficientemente cansado como debería. Mire a Yang, la cuál empezaba a jadear ligeramente por el cansancio. El sudor bajando por su rostro, hasta su cuello y pechos, mojando un poco su blusa.

¿Qué tanto había mejorado mi cuerpo cuando la diosa aumentó mis estadísticas?. Recuerdo que al despertar algunas de ellas eran de sólo veinte puntos, ¿Que tanta diferencia había ahora que tenía unos cien puntos en cada una?.

"Cuando despertaste, eras casi el doble de fuerte que un humano normal". Escucho a la diosa comentar.

¿Eso significaba que era una díez veces más fuerte que un humano promedio?. Eso era básicamente entrar en terreno de los super humanos en los cómics.

—Vaya~. ¿Ni una sola gota de sudor?. Y yo pensé que estaba siendo una buena compañía—. Yang comenta, mirándome ligeramente sorprendida. Su sonrisa traviesa volvió, a lo que no pude evitar resoplar. Realmente se estaba volviendo difícil ignorar sus comentarios con doble sentido. No tenía idea si se me estaba insinuando, o simplemente se estaba burlando de mí.

—Aunque no es la forma en la que yo lo hubiera dicho…—. Empieza Summer, mirando de reojo a su hija con desaprobación. —Ella tiene razón. Es increíble que puedas mantenerte casi a su nivel, a pesar de no tener Aura.

—Bueno… estoy seguro de que ella se estaba conteniendo…—. Digo, intentando apartar los elogios.

—Oh, me estaba conteniendo…—. Aclara la rubia. —Pero aún con eso, es impresionante lo fuerte que eres.

—¿Eso significa que si Gray desbloquea su Aura será súper fuerte?—. Pregunta Ruby, de pie al lado de su madre.

—Entonces, ¿Qué dices, chico grande?. ¿Quieres entrenar con nosotras e ir a Beacon?—. Pregunta Yang, mirándome expectante de mi respuesta.

No necesitaba pensarlo demasiado. Incluso si no fue por ésto que la diosa pervertida me trajo a este mundo, yo ya lo había decidido. —Si. Quiero volverme un cazador.

—¡Genial!. ¡Ahora todos podemos ser cazadores!—. Vitorea Ruby. —¿Ya pensaste en que arma usarás?. Podría ser un rifle de asalto que se transforma en un hacha. ¡O, una bazooka que se transforma en un mazo gigante!. ¡Oh!, ¡¡¡Podría ser un rifle de plasma súper condensado de alta potencia con enfriamiento líquido capaz de transformarse en una enorme espada de doble filo!!!—. Ella prácticamente no se detuvo hasta mucho después que volvimos a entrar en la casa. Era algo adorable ver cuan entusiasmada parecía con la idea de fabricar un arma para mí.

—Entonces Gray…—. Empieza Summer, llamando mi atención. —Puedes quedarte con nosotras un tiempo. Mañana iremos a la ciudad para ver si podemos averiguar algo sobre tí.

—Está bien. Gracias, señorita Summer—. Sabía que sería algo inútil, pero aún así, era agradable ser tratado de forma tan amable por alguien tan hermosa. Ella era una buena mujer. Me hacía sentir culpable por lo que el sistema me haría hacerles…

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Ya era tarde en la noche. Yang y Ruby estaban en sus habitaciones, posiblemente ya dormidas. Gray estaba en la habitación adicional que había. Tuve que limpiarla un poco, ya que prácticamente no tenía más usos que el de guardar algunas cosas viejas. Además, le había dado unas mantas para dormir, junto con algo de ropa que aún guardaba de Tai…

El verlo vistiendo la ropa de su antiguo esposo le trajo un montón de sentimientos encontrados. Por un lado, sentía que no debería habérselas dado, después de todo; eran de las pocas cosas que le quedaban para recordarlo. Pero por otro lado, ya había pasado demasiado tiempo. Quizás ya era hora de superarlo, ¿No?...

Solté un suspiro. No sabía cómo debería sentirme. Cuando Yang lo trajo en la mañana, inconsciente y completamente desnudo, no sabía qué pensar, pero sabía que no podía simplemente dejarlo ahí.

Y cuando lo cargo hasta su propia habitación, se sintió… extraña.

No sabía cómo describirlo exactamente. Era una sensación extraña que recorría todo su cuerpo cuando lo tocaba. Una sensación placentera que enviaba corrientes de placer a todos sus lugares sensibles. Y la sensación solo se hacía más potente cuánto más cerca tocaba del miembro de Gray.

Sabía que estaba mal. Pero la curiosidad pudo con ella, así que tras un momento de vacilación, había tocado el miembro de aquel chico inconsciente. E inmediatamente después, una oleada de excitación la invadió. Una excitación que no había sentido en años.

Desde que Tai se había ido, no había siquiera pensado en estar con otro hombre. No solo de forma romántica, sino también de forma sexual. Taiyang era simplemente demasiado hombre en comparación con cualquiera. No solo en personalidad, sino también en lo dotado que estaba.

Pero aquí estaba un chico que prácticamente lo igualaba en tamaño. Al ver algo así tan de cerca, simplemente no pudo evitarlo. Aunque eso no evito que se sintiera increíblemente culpable luego.

Se había aprovechado de un chico indefenso.

Pero luego, cuando estaba por revisar su estado y ver si había despertado, lo vió. Sentado en su cama, masturbándose. Ella no pudo reprimir el calor en su zona más íntima al recordar cómo el sostenía aquel enorme miembro frente a ella…

Solté otro suspiro.

Recordar cómo se había corrido con tanta intensidad como para que saliera disparado, llegando casi dónde ella estaba de pie en ese momento. Y ese olor. No sabía a qué se debía, pero su semilla desprendía un fuerte olor que nublo su mente por unos momentos. Incluso ahora, podía sentir levemente ese olor en su cama.

Apreté los labios al sentir como mis bragas se humedecian debido a mi exitacion, la cuál no había más que crecer.

Mi mano bajo lentamente hasta sentir mis labios inferiores. Estaban increíblemente sensibles. Incluso la ligera bata de dormir que llevaba me hacía estremecer ligeramente cuando mis pezones rozaban la tela.

—Ngh~...

Noe dí cuenta de cuando empecé a juguetear con mis labios inferiores. Pero no pude detenerme una vez que mis dedos entraron en mis pliegues húmedos y calientes. Mis jugos íntimos empezaron a salir cada vez en mayor cantidad, lubricado el camino de mis dedos.

—Hah~...—. Tapé mi boca con mi mano libre. Lo último que quería era hacer ruido y despertar a cualquiera de mis hijas… o al chico que ahora estaba durmiendo bajo mi techo…

Mis dedos se movieron frenéticamente. Esto no era suficiente. Quería algo más. Quería sentirme amada por un hombre otra vez. Quería ser tomada…

Tras un rato, podía sentir cómo lentamente me acercaba al climax. Mis dedos entraron aún más profundo. Mordí las sábanas para evitar soltar algún gemido involuntario. El calor de mí cuerpo se hacía más insoportable mientras más cerca de correrme estaba. Hasta que al fin lo sentí.

Mis muslos apretaron mi mano por reflejo, mientras mis jugos íntimos salían disparados sobre las sábanas. Mi mente estaba nublada y mi respiración era pesada. Pero en ese momento, solo podía pensar en una cosa.

—Haah~... Ah~... Ah~... Gray…

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Sin que Summer fuera consciente, en un plano diferente de la realidad; una diosa miraba lo ocurrido, mientras una sonrisa satisfecha adornaba su rostro. Una pequeña risita traviesa escapó de sus labios mientras ésta cubría su boca con delicadeza.

"Y ahí va la primera…".

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Fin—

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