Kael se dio la vuelta, endureciendo su corazón. No importaba. Solo era cuestión de esta noche. Dora era fuerte y podía soportarlo. Dejó que Kit ganara esta vez y se sintiera satisfecho. Mañana, convencería a Dora de que volviera a ser suya.
Incluso mientras Kael se aseguraba de que Dora era suya y que mañana todo estaría superado, algo dentro de él se tensó. Sus ojos se encontraron con los de Dora, incluso a través de la distancia de una habitación, él podía ver que ella ahora conocía sus intenciones. Sus ojos se endurecieron ante la vulnerabilidad que vio en ella. No podía mostrarle arrepentimiento. No. Levantó la barbilla y le lanzó una mirada, como culpándola de su propia insensatez.
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