Hormigas

—¿Tienes hormigas en el pantalón? —preguntó Ian al sentarse enfrente de Gabe, lanzando el archivo que tenía en la mano hacia él con un movimiento casual de su muñeca.

Gabe levantó la vista de su trabajo, el ceño fruncido profundamente marcando su frente. —¿Por qué iba a tener hormigas en el pantalón? ¿Qué te pasa?

Ian se encogió de hombros, recostándose en su silla. —Varias cosas, pero dudo que puedas ayudarme con ellas.

Gabe levantó una ceja, su curiosidad despertada a pesar de él mismo. —¿Has venido a pedirme consejo? —Su tono era incrédulo, haciendo estremecer a Ian antes de que respondiera rápidamente.

—No. He venido a ofrecerlo —dijo Ian con una sonrisa burlona.

Gabe suspiró pesadamente, frotándose las sienes. —No necesito más consejos, Ian. Por una vez estoy de buen humor, así que apartate y déjame en paz.

Ian rió, imperturbable. —Claro que estás de buen humor. Estás durmiendo con Autumn.