—Todavía creo que el póker habría sido la mejor elección —comentó Demetri mientras se acababa el pequeño chupito de un trago.
—Nora sonrió a Demetri y rápidamente se bebió su propio chupito mientras negaba con la cabeza—. Ese juego está demasiado sobrevalorado. Además, no sé jugar al póker y tú eres un experto en leer las caras. Me hubiera quedado sin ropa en un par de rondas —balbuceó sus palabras, mientras su rostro rojizo y sus labios pucheros hacían que Demetri quisiera besarla hasta dejarla sin sentido.
Ya se habían acabado una botella y estaban bien encaminados a la siguiente, todo jugando a un tonto juego de números llamado Manzanas.
—Nora entrecerró los ojos tratando de discernir cuál de los tres Demetris delante de ella era el real y finalmente se dirigió al de la izquierda—. Bien bien. Cambiaremos las reglas. El juego continúa de la misma manera. Tenemos que decir Manzana por cada múltiplo de siete en lugar del número y quien falle tendrá que hacer un reto sensual...
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