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Cuando este pensamiento apareció en la mente de Li Shu, ella sacudió la cabeza y cerró los ojos. Sin importar cuál fuera la razón de su médico tratante, no tenía nada que ver con ella. Todo lo que tenía que hacer ahora era recuperarse lo más rápido posible y averiguar qué estaba sucediendo.
Mientras Tía Li y Li Sang estaban ocupadas cuidando a Li Shu, el Doctor Xie estaba sentado en una silla junto a la mesa tomando té. Miró a Li Shu y pensó en el comportamiento anormal de su aprendiz.
Song Yan no sabía que su maestro sospechaba de su comportamiento amigable hacia Li Shu y fue a la tienda estatal de suministros a comprar un paquete de caramelos de leche. Ya que prometió a su pequeña amiga, definitivamente lo cumpliría. Este sería su primer regalo para ella como amigo.
De vuelta en la oficina, puso los caramelos de leche en el cajón y murmuró: "Ella debe gustarle los caramelos, ¿verdad?"
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