"Hans Wilson echó un vistazo a Liu Yan, quien se encontraba alto en el cielo, pero estaba demasiado perezoso para responder.
Hans Wilson sabía que lo más crucial ahora era ayudar al equipo del Imperio de la Estrella Roja a derrotar al equipo de la Tierra de Origen.
El Equipo de la Federación Europea debía ayudar al equipo del Imperio Estrella Roja a derrotar al equipo de la Tierra de Origen si querían ganar el duelo final de apuestas.
Después de todo, el equipo del Nuevo Continente no era rival para las marionetas encantadas. No pasaría mucho tiempo antes de que el equipo del Nuevo Continente fuera derrotado por las marionetas encantadas.
Para entonces, tendrían que enfrentarse al ejército de marionetas encantadas.
Por lo tanto, no podían permitirse perder más tiempo con Liu Yan.
—No se preocupen por Liu Yan —ordenó Hans Wilson de inmediato—. Continúen avanzando. Unos pocos expertos y yo retrasaremos a Liu Yan.
Hans Wilson todavía recordaba su último fracaso.
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