—Gracias por tu preocupación, pero no la necesito —dijo Sharon a Geoffrey, sin ser sumisa ni arrogante.
Dan y los demás no entendían del todo los pensamientos de Sharon. Sharon era una persona racional y sus acciones de hoy eran algo diferentes a su yo habitual.
—Sharon, ¿por qué no dejas tu ropa detrás? En caso de que la temperatura caiga drásticamente en los próximos días, es mejor estar preparada —persuadió Dan.
—Eso es verdad, Sharon. No hay daño en quedarse —Melinda persuadió.
—Observé las estrellas anoche. El clima no debería cambiar mucho. Incluso si la temperatura cae esta temporada, no caerá demasiado. Tengo suficiente ropa térmica —dijo Sharon con suavidad y firmeza.
—Sharon, creo que deberías reconsiderarlo. Es mejor prevenir que curar —dijo Shane.
—No es necesario considerarlo más. No necesito esto y no quiero agregar peso extra cuando vaya a otro lugar —dijo Sharon.
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