—Um. Es... es... —ella tartamudeó—, pero aún no le venía a la mente ningún título de película triste para salvarla de la incómoda situación.
El corazón de Robert latía con fuerza, pensando que estaba embarazada pero no quería decirlo, por lo que se negaba a responderle en WeChat.
—Giselle, éramos amigos antes de ser compañeros de trabajo. Puedes contarme cualquier cosa. —él dijo suavemente—, pero Giselle sonrió tristemente al recordar de repente el título de una película triste que había visto antes.
—Acabo de comprobar el título. Es Lágrimas del Sol.
—Pero no se escucha ruido del televisor —Robert señaló. Giselle se tensó y no pudi evitar preguntarse por qué de repente se había vuelto tan insistente.
—Porque lo puse en silencio antes de responder a tu llamada —ella rápidamente inventó una excusa. Robert estaba ansioso por confirmar su sospecha y no estaba dispuesto a rendirse.
—Entonces déjalo sin silencio.
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