—¿Todos los Líderes están frente a mí? —Bai Zemin estaba internamente sorprendido y aprovechando la oportunidad, se tomó un momento para mirar con más atención el cielo sobre su cabeza.
—Al lado de la persona a la que Lilith acababa de señalar como el Señor del Cielo, Dios, había un hombre al que Bai Zemin necesitaba mirar dos veces porque al principio pensó que era una mujer. —De Lilith aprendió que este hombre no era otro que Gabriel, cuyas leyendas y poder se narran en la biblia y otros libros sagrados para los cristianos.
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