Atrapado

Erica esperó un rato antes de salir de su escondite dentro del hueco del árbol. Había pasado un tiempo desde que escuchó por última vez los pasos de los bandidos persiguiéndolos. Miró hacia el lugar donde su sirvienta corrió y esbozó una triste sonrisa.

—Por favor, mantente a salvo —dijo Erica en voz baja.

Después de eso, ella corrió en la dirección opuesta a donde los bandidos persiguieron a su sirvienta. Aún necesita sobrevivir y vengarse del rey.

«Seguro que mataré a tu amada hija bastarda frente a tus ojos», pensó Erica.

Erica corrió bajo el amparo de los árboles. Apenas había pasado el mediodía y el sol aún estaba alto en el cielo.

En poco tiempo, encontró un camino secundario. Esta carretera es diferente de la que habían estado usando. La carretera hacia la torre era una carretera principal utilizada por muchos, mientras que este camino secundario es pequeño.

«Tal vez pueda encontrar a alguien que me ayude», pensó Erica.