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Capítulo 3: Don

No sabía muy bien como o que fue lo que hizo para que estuviera en esta situación tan ensueño para muchos chicos.

Si, él había rescatado a esta chica de morir tras haberla encontrado en el callejón que estaba al lado de los apartamentos de dónde vivía, solo para descubrir que tenía un serio problema de amnesia. Y ahora, después de un intento de dejarla en manos de alguien más para que se ocupara de ella nuevamente estaba junto a ella.

Esa misma chica que ahora la tenía de frente al otro lado de una mesa pequeña, dentro de una tienda de nieves y helados. Tenía mucha curiosidad por ellos en cuanto los vio hasta el punto de querer todos los sabores, pero solo se limitaba Uzumaki a pagar por dos clásicas de vainilla.

La cara de ella estaba más que clara su satisfacción y placer de cada probada que le daba a su helado. Degustaba mucho en como el sabor iba recorriendo por su paladar junto con la sensación de frío que daba por toda su lengua hasta si cuerpo.

La manera en que lo probaba era de suma cautela para que no ensuciara su kimono que traía puesta. Al menos ella entendían ese concepto básico de saber probar algún alimento, al menos era un claro reflejo de sus modales de antes de perder la memoria.

Al menos, quería creer en eso, pero no iba a esperar mucho de alguien que fue teniendo amnesia.

—Me alegro que te guste, ¿al menos no tienes algún recuerdo con esto? —preguntó.

—No, la verdad es que solo saboreo esto y nada más. No siento que vaya viniendo algún recuerdo mío. —comentó decaída.

—No te precipites. Solo preguntaba por si las dudas 'ttebasa —contestó tratando de mantenerla calmada—. Además, te traje aquí para que lo disfrutes al menos.

—S-Si, está bien. Muchas gracias, y es que en verdad está delicioso —esbozó una sonrisa mirándolo—. Espero poder por venir aquí otra vez contigo para probar más sabores.

Esas palabras de "próxima vez" no fueron muy seguras para Boruto, no estaba a su alcance si cumplirla o no. Solo accedió a cuidarla un poco más hasta que pueda adaptarse bien a esta ciudad y a su entorno.

Al menos, quería que siguiera disfrutando de esto con él, y así también él con ella que parecía una niña. Esta chica llamada Sumire era un enigma que para bien o para mal le gustaría descifrar... Solo esperaba no tener que arrepentirse después.

—Por cierto, creo que no me dijiste alguna vez tu nombre.

—Ah, tienes razón. Se me olvidó —se rascó la cabeza apenado, ya que luego de todo lo que había pasado, nunca había tenido la oportunidad de hacerlo, solo sabía la de ella—. Soy Boruto, Uzumaki Boruto.

—¿Uzumaki Boruto?

—¿Hay algo de malo con mi nombre?

—No, claro que no —la chica le negaba a su malinterpretadas palabras al sacudir la cabeza—. Simplemente es un nombre muy poco común.

—Bueno, mi familia no es tan conocida como la mayoría de las demás... —comentó Boruto.

Normalmente los apellidos que hay no son tan raros, muchos son parte de ramas familiares que han vivido por muchas generaciones. Su apellido Uzumaki tenía a la suya como un caso muy particular. A pesar de que es raro, ya que el registro de su apellido era un misterio. Uzumaki Hinata, su madre nunca le decía nada al respecto sobre ello, pero prefirió no seguir insistiendo en saber.

Por otro lado, su madre es de una familia grande. Bueno, lo era hace algunas generaciones, pero con el tiempo se redujo hasta ser solo su abuelo y tía. Sin embargo, estaba feliz con solo ellos.

Ahora, pasando a lo que la chica había dicho con respecto a su nombre, no podía quedarse callado como si nada, pero era una chica con amnesia grave, así que solo por esta vez lo dejaría pasar. Además...

—Por cierto, ¿cómo sabes si es un nombre poco común? —preguntó.

—Obviamente no. Simplemente se me salió, como si era algo que sé. —ella dijo mirando su nieve.

—Mmh... Supongo que no has perdido del todo tu memoria. Quizás solo las cosas más importantes, pero creo que la mayoría de todo si 'ttebasa.

—Trataré de acordarme de algo, pero no puedo prometer mucho. —contestó con culpa, mirando hacia el Uzumaki.

No creía que ella le gustaba mucho en darse la culpa hacia las cosas. Lo más lógico es que se siente así por haberlo arrastrado a que no la abandone. No le importaba a Boruto, ya que debió de pasar por algo de tal magnitud como para ser un poco insegura.

Temía por lo que le había pasado, pero ya no podía hacer nada. El pasado se queda allí sin más, así que lo que más importaba en este momento era en que ella pueda pudiera recuperar la memoria, o algunos fragmentos de ésta.

—Por cierto... este... ¿B-Boturo?

—Es Boruto.

—Cierto. Perdona por eso... —arrepentida se agachó con una sonrisa inquieta—. ¿Puedes empezar diciendo en que parte estoy o como se llama esta ciudad?

Ahora que lo mencionaba ella, nunca le fue explicando eso, ni tenía intención de hacer tal cosa, pero ahora era diferente. Como se fue haciendo responsable de ayudarla a recuperar sus memorias ahora tenía que darle explicaciones.

Si lograba comentarle o decirle cualquier cosa que fuera referente a aquí, es posible que acabe desbloqueando algún recuerdo suyo de este lugar.

—Primero, quiero decir que ahora mismo estamos en Ciudad Académica, un lugar ubicado entre los países..., aunque sigue viéndose como todas las ciudades promedios.

Quiso parar por un breve segundo para ver si tenía la atención de la chica, así que fue continuando:

—Como su nombre lo indica, está ciudad está llena de cientos de escuelas, y también repleto de dormitorios para todos los estudiantes que estudian aquí. —dijo.

—...

Aunque Ciudad Academia en nombre es más a "una ciudad de muchas de escuelas que están agrupadas aquí", pero en realidad es más como "una escuela con cientos de dormitorios estudiantiles". Ocupa un tercio de personas del continente, y el perímetro está rodeado por unas grandes paredes que son del tamaño que es como una Gran Muralla. Se tomaron una enorme molestia de hacer que este lugar sea lo más habitable posible.

—Entonces... ¿Tú eres un estudiante que es de aquí? —preguntó ella con preocupación en su rostro—. ¿No estás faltando a clases ahora mismo?

—¿Y de quien crees que es la culpa?

Quería decir él mismo, ya que se había metido desde ayer en ayudarla, por lo que era evidente que iba a ser mucho más largo de resolver de lo que esperaba.

No obstante, fue atrapado por la mirada de la chica que transmitía culpabilidad en su rostro mientras bajaba la cabeza, saboreando su helado.

—Tranquila, solo estoy bromeando — la miró con incredulidad—. Cuando te pedí que tomarás asiento, le mandé un mensaje a un amigo de mis razones del porque no iría hoy.

—¿Le contaste sobre mi?

—Bueno... No exactamente... dije otra cosa como referencia a algo que sucedió ayer en clases. —nervioso por su comentario, pasó a saborear su helado.

—¿Pasó algo?

—O-Olvídalo, no es importante ahora.

Boruto no podía en decirle a ella sus penosos momentos del día de ayer en su propia escuela; desde recibir toda clase de atacas por su sensei, caer mal hasta casi morir en pleno examen y por si fuera poco su enfermera estaba insinuándole.

Cosas como esas preferiría dejársela para él mismo, y más hacia una chica que apenas iba conociendo.

—Continuando con lo de antes, este lugar es una enorme ciudad que solo hay escuelas para todas las edades, ya dependiendo de si tienen los requisitos necesarios.

—¿Y esos serían?

—Bueno, los más normales llegan a ser que tengas un promedio que pase los setenta puntos como mínimo. En el mayor de los casos mejores noventa puntos. —continuó mirando por afuera de la ventana de la tienda.

Uzumaki nunca le faltó promedio, ya que esa era una de las cualidades más destacadas por quienes lo conocían. Esos años en los que su madre lo educaba en casa sirvieron de mucho, además de que hubo una temporada en la que se sintió aburrido y motivado luego de pasar sus 8 años.

—¿Y cuál serían las otras condiciones?

—La última condición para entrar —hizo una pequeña pausa mirando a algunos estudiantes pasar—. Esa sería que hayas conseguido tener tu Don.

—¿Tu don? ¿Qué es eso?

—Básicamente, que hayas pasado por tu etapa del Despertar, momento en que vas consiguiendo tu Don, Esas personas que llegan a tenerlo, fácilmente son aceptados y les permiten entrar a una escuela de aquí mucho más fácil 'ttebasa.

—Lo entiendo —la chica parecía mucho más satisfecha con la explicación de Boruto, pero su rostro volvió a uno preocupante—. Pero, sigo sin saber a qué es eso de tu don...

—En términos fáciles, serían habilidades sobrenaturales —dijo Boruto—. Pero claro, no son habilidades que son creados como por arte de magia o sin explicación, sino más bien a través de la rama de la ciencia.

—¿Entonces esas habilidades se les fue dada gracias a científicos por experimentos?

Las especulaciones de la joven hizo esbozar una sonrisa en el rostro del Uzumaki, como si estuviera viendo a una niña pequeña en plena comprensión de cosas más avanzadas para su cerebro.

No consideraba a ella como una tonta o una ingenua, pero al tratarse de ser alguien que no recuerda mucho, se integraban varios factores en los que tenía que tomar en cuanta a la hora de sus explicaciones. Y ahora, estaba allí ella, creyendo en cosas más allá de sus capacidades.

—No, nada de eso —comenzó a emitir una pequeña risa en sus labios—. Fue hace tiempo en un accidente, en el cual nadie lo notó a tiempo en esta misma ciudad hace años. Hubo exposiciones a un fenómeno, en el cual fue el detonante de investigaciones con el cambio genético que llegó y a partir de allí se llegó a la conclusión de que todo nuestro cuerpo puede llegar a desarrollar habilidades; como la telequinesis, lanzar bolas de fuego, generar calor gracias al control de tu temperatura, tener una fuerza sobrehumana, hablar con animales, etc. Es todo hecho con la ciencia. Por eso se llama ese fenómeno como Despertar en el que entra uno. Despiertas la nueva evolución humana.

—Ahora lo veo muy complicado, pero creo que ya lo pillo —sonrió a penas, mirando detenidamente su helado para después ver a Boruto con expectación—. Uzumaki-kun, ¿Tu que habilidad tienes? ¿Cuál es tu don?

Tan pronto escuchó eso, Uzumaki jura haber perdido algo en ese momento. No sabía muy bien que era, ya si fuera su orgullo, la buena impresión de la chica —que estaba a punto de perder—, sus esperanzas, la paciencia de estar con esta chica, etc.

Lo único que le gustaría ahora, no era más que irse a su apartamento y acostarse en su cama a dormir. Con suerte tal vez despierte y descubra que todo lo que está pasando es solo un sueño del mal gusto.

No dudó en bajar su como de helado hasta la mesa, mientras miraba para otro lado con una mirada sombría y pena sin dejar de lado su sonrisa.

—No tengo habilidad alguna. —dijo.

—¿Eh? ¿Cómo?

De solo escuchar el tono de voz de la chica, estaba más que claro que sus expectativas se habían bajado a tal extremo que dudaba que siguiera esperando algo genial de él.

—Dije... que no tengo ningún Don... —siguió con la mirada para otro lado sin verla a la cara por pena y molestia.

—Oh...

Eso fue todo lo que Boruto pudo oír de ella tras lo que dijo. Él estaba seguro que ella tenía intención animarlo, ese silencio tan incómodo que se presentó era indicio de eso. Sin embargo, lo que estaba claro es que era mejor no volver a tocar el tema por el resto del día. No quería seguir recordando su inutilidad por el momento, y mucho menos en presencia de una chica que no conocía.

***

Como Uzumaki no iba a ir a la escuela el día de hoy, se lo dedicó a solo estar con la chica por algunas partes de la ciudad que él más frecuentaba.

No estaba muy seguro si había sido una buena idea, ya que aún no se resolvía del todo quien la había atacado como para terminar como terminó en la basura y con una herida grave.

Temía que el culpable la reconociera y luego que fue viniera por ella para terminar el trabajo que no cumplió. Aunque, fue una suerte que no ocurrió nada de eso.

Ambos se la habían pasado viendo cada una de las partes de la ciudad hasta incontrolables tiendas que se ven, pero por supuesto que nada más ver y no tocar, ya que si fuera así la billetera de Boruto empezaría a chillar de malas.

Al final de todo, la finalidad de Boruto en querer dar un paseo por muchos lugares con la chica misteriosa Sumire, es para dar con algún lugar que ella haya estado y que le llegara a la cabeza una vez que los viera en persona.

No hubo resultado alguno para su mala suerte, pero de todos modos siguió haciéndolo.

Además, aprovechó está oportunidad para enseñarle más de los alrededores y de la ciudad en sí. Definitivamente ella era como una niña con cada cosa que veía, como si lo viera por primera vez en su vida.

Se lamentaba que no pudiera comprarle algún otro alimento como nieve, pero su estado económico peligraba mucho ahora mismo.

Al final de todo consiguió un progreso para que ella no estuviera tan perdida, pero al mismo tiempo no consiguió nada sobre el tema de su amnesia. Sabía que solo esto iba a ser el principio, pero no dejó de sentirlo como una eternidad.

Llegaron ambos devuelta al apartamento de Boruto, sin embargo en cuanto el llegó no hubo más que solo un viento y temperatura muy por debajo de los 15 grados, esto fue demasiado repentino para él.

—No puede ser... ¡¿Regreso?!

De una manera inesperada la luz y todo lo electrónico volvía a funcionar, lo cual era un gran suceso para este día, sin embargo, su buen humor acabó cuando comenzaron las preguntas en su cabeza; ¿Cuando fue que regresó? ¿Había estado encendido el clima mucho tiempo? ¿Cuánto tendría que pagar por ello?

Nuevamente su tembloroso cuerpo fue sintiendo no solo el clima frío, sino también el terror del pago que deberá hacer ahora que todo estaba encendido.

Rápidamente empezó a irse de un lado a otro por todo el apartamento para apagar algunas cosas, y aunque no fueron muchas, decidió hacerlo por los nervios que tenía ahora mismo.

Al final consiguió caer de espaldas en la habitación que estaba su cama que al mismo tiempo era su sala. Uzumaki estaba en una experiencia desfavorable y problemática que quisiera acabar ya.

Por otro lado, la joven Sumire estaba medio de la entra del apartamento mientras se acercaba hacia donde estaba el muchacho preocupada. Jamás lo había visto moverse a tal velocidad, lo cual le impresionó.

—¿Estás bien, Uzumaki-kun?

—E-Estoy bien... No tienes que preocuparte por nada... —contestaba Uzumaki entre sus respiraciones entre cortadas—. Aunque, lo único malo es tener que limpiar después todo el lugar.

Ahora que lo mencionaba, Uzumaki nunca había limpiado bien su habitación desde hace dos días por distracciones, y lo seguía, pero con la diferencia que su distracción es una chica. No sabía si eso último lo debería de tomarlo como algo bueno o malo, pero cualquiera de la respuesta el resultado iba a ser el mismo.

Lo mejor que podía hacer era esperar hasta mañana para limpiar. Había experimentado un día muy movido y problemático, casi al nivel de un niñero, pero al menos pudo sobrevivir.

—Supongo que debo de preparar la cena. Ya debes de tener mucha hambre, ¿no?

—Bueno, no he comido muy bien como se debe desde que me salvaste —dijo apenada entre la cabeza fija hacia la cama—. ¿Y tú dónde te irás a dormir? Supongo que vas a dormir en tu cama.

—Esa es la idea, pero no sería lo más correcto de hacer en estás situaciones —le miró con una sonrisa—. Puedes dormir en mi cama, y yo me iré a dormir en el suelo.

Al verla a la cara no parecía muy contenta con la decisión que él tomó con respecto a su lugar de donde dormirá. Por más que le gustaría dormir en su cama, tenía que ser responsable, y eso era en ofrecerle buena comodidad a un huésped, y más a uno que salvó.

—No me mires así, recuerda que tú solo vas a estar aquí por un pequeño tiempo hasta saber cómo ayudarte a recordar 'ttebasa.

—B-Bueno, eso es cierto. —dijo Sumire con la cabeza baja.

—Ya no pongas esa cara, ¿si?

En seguida de eso, Uzumaki agarró el control de la televisión para encenderlo a un canal que ya tenía desde antes que lo había mantenido encendido la última vez.

La cara de asombro de la joven pelivioleta reflejó emoción y una buena impresión en el artefacto que llaman televisión. A veces si le conmovía mucho la inocencia de esta chica que estaba en su apartamento.

—Por cierto, perdona de antemano —la miró con una sonrisa nerviosa, comenzando a sentir cierto desprecio a sus habilidades tan secundarias de su vida—. Yo no sé hacer mucho más que solo curry 'ttebasa.

Su comentario tomó por sorpresa a la chica sin apartar la vista de él.

Podría decirse que era algo que ella misma no esperaba. Obviamente, si un joven de unos años más que aceptables estaba viviendo solo, tendría que al menos saber cocinar muy bien. Pero la realidad era más que cruel para el Uzumaki.

—Hehe... No importa. No sé que sea, pero mientras sepa rico y echo por ti, no tienes de que preocuparte, Boruto-kun.

—Con que ahora me llamas por mi nombre y con honorífico... —le impresionó mucho de lo mucho que esta chica empezaba a dar buena comunicación, a pesar de que solo iban llevando un día para conocerse—. ¿No crees que estás siendo muy confiada con un extraño?

—Es raro... no sé muy bien. No conozco el concepto del "Kun", pero algo me dice que debo hablar de esa forma... Es raro... —dijo pensativamente—. Sin embargo, no me importa mucho, ya que eres quien me salvó.

Había vuelto a comentar algo interesante, sin embargo no estaba con energías para dar vueltas a ese tema de los honoríficos.

Por otro lado, ella tenía razón, de que le tenía mucho respeto. Si bien, él la salvó y tenía razones para confiar en él, pero también mucha más razones para no hacerlo. Él solo era un desconocido, por lo cual no debería de confiar ciegamente en alguien solo por ser salvada.

—Aun si te haya salvado, no cambia el hecho que seguimos siendo unos extraños que se conocieron hoy 'ttebasa. —dijo.

—Bueno, tal vez quiera decir tu nombre para entrar más en confianza.

—No lo negaría, pero creo que estás dando pasos ciegos y rápidos —Uzumaki la miró detenidamente entre cerrados los ojos. Él acabó suspirando en derrota—. Podemos comenzar a llevarnos muy bien cuando sepamos mejor de quién eres. ¿Te parece bien?

No hubo ni una necesidad en que ella dijera alguna palabra. El solo verla asentir, Boruto decidió en dejar la charla por terminado y proseguir a empezar a hacer la cena.

Si, había mucho de lo que desconocía de la chica, pero eso no quería decir que él realmente quería mantener distancia con ella, al contrario, quería ser más cercano a esta chica.

Quería ser su amigo y llevarse bien, pero no podía simplemente hacerlo como si nada, ya que ella podía ser de todo menos inocente ahora. No hasta saber si realmente ella es alguien peligrosa o no.

—Hum... Realmente tengo mucha hambre...

Oyó a Sumire decirlo en voz baja, pero la pudo escuchar desde la cocina, lo cual era muy fácil, ya que estaba pegada en la misma habitación.

Al mirarla de reojo esbozó una sonrisa por el pequeño capricho de su estómago con hambre.

Por ahora entendió que el único peligro que podría presentar ella viviendo aquí en su apartamento, no es más que el miedo a que pueda acabarse la comida ahora que tendrá que alimentar una boca extra.

—«Me pregunto realmente si en verdad tomé la decisión correcta...»

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Continuará...

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