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capitulo dieciocho: Yendo al centro comercial

Al llegar al lugar de los hechos, ve a una mujer rubia y bajita que lleva gafas y la mujer le dice:

- Hola, soy Isabele. ¿Le interesa la casa?

- Hola. Sí, soy yo. ¿Puedo ver el lugar?

- Sí, claro. Te mostraré el lugar. Ven conmigo.

La casa es toda de madera y muy espaciosa. Las habitaciones son muy grandes con ventanas blancas y una de ellas tiene un baño dentro. Su sueño desde pequeña era vivir en una casa así, de madera, y su alegría es aún mayor cuando sabe que todavía existen casas así.

Isabele muestra la cocina donde tiene un moderno fregadero con encimera de mármol, el salón decorado con flores y el cuarto de baño con una bañera rosa y un moderno lavabo que tiene regulador de temperatura.

Nayara está encantada con la casa, sobre todo porque tiene una bañera rosa, uno de sus colores favoritos. Después de ver bien cada habitación, dice:

- Me ha gustado mucho la casa.

La mujer está encantada y dice:

- ¿Está interesada en alquilar?

- Sí, incluso he traído los documentos.

Nayara le entrega los documentos y mientras la mujer mira, Nayara lee el contrato muy atenta a cada detalle y lo firma, en el contrato se describe por un periodo de seis meses y según lo que propone el documento, si se quiere ir antes del plazo, tendrá que pagar una multa de hasta cinco mil reales.

Ella decide aceptar de todos modos, porque necesita un lugar donde vivir. El liquidador le entrega la llave y Nayara paga la fianza de la casa a la mujer.

Cuando Isabelle se marcha, Nayara empieza a dar vueltas por la casa, imaginando cómo será vivir aquí sola.

Nayara está tan inmersa en sus pensamientos que ni siquiera se da cuenta de que alguien la llama.

Levanta la vista y ve que es su amiga Andressa quien le dice:

-Hola, Nayara, ¿cómo estás?

-Hola, ¿cómo estás?

- Muy bien. Me olvidé de preguntarte. ¿Cuál es el nombre de tu futuro marido?

Ella se pone muy contenta y dice:

- Se llama Pablo. Es un gran tipo. Creo que le conoces.

Nayara piensa un momento y dice:

- Vaya, ¿Pablo es el hermano de Gabi, nuestra amiga Gabi?

- Sí, es él. Empezamos a hablar hace tiempo y, vaya, ha cambiado mucho, está más guapo y es muy responsable, ya no parece el mismo de antes.

- Me di cuenta de la química que había entre vosotros en el cine aquella vez.

Hacía unos años, Nayara, Andressa, Gabrielle y su hermano habían ido al centro comercial de la ciudad y el chico no paraba de piropear a Andressa. Todos se dieron cuenta de que había habido una conexión, pero ambos lo negaron, diciendo que sólo era amistad.

Andressa se echa a reír y dice

- Sí, pero te llamé para decirte que Gabrielle me llamó y acordamos hacer una boda doble. Pablo y yo y Gabrielle y Breno.

- Qué maravilla. Dos bodas juntas, qué emoción. Intentaré no llorar de alegría.

- Ahora sólo falta que te cases. Espero que no tarde mucho.

- Andressa, me casaré más tarde, pero no te olvides de decirle a tu marido que en la escuela te llamábamos Andressa Solteira y decíamos que te ibas a casar con el tren o con la escoba.

Andressa se echa a reír y dice:

- ¿De verdad vas a hacer eso?

- No lo dudes. Pero en serio, me encanta la idea de la boda doble. Voy a tener dos pasteles.

Y empezaron a reír de nuevo.

Nayara habla un buen rato con su amiga y cuando se da cuenta de que son más de las siete de la noche recuerda que tiene que salir con Manoel al cine y se lo dice a Andressa:

- Amiga, tengo que colgar porque voy a salir con Manoel. Hoy vamos al cine.

Y Andressa dice:

- Qué chic. Va a salir con Love.

Se ríen y ella termina la llamada.

Nayara termina de admirar la casa y cierra el lugar, guardando la llave en su bolsillo y envía un mensaje a Manoel:

"Manoel he encontrado una casa en alquiler. Está muy cerca de tu casa. Si puedes, pásate y yo estaré justo enfrente. Es una casa toda de madera.

Manoel dice:

"De acuerdo. Voy a tu nueva residencia. Te quiero.

PD: He cambiado mi coche por una moto".

Cinco minutos después llega Manoel en su moto y dice:

- ¿Nos vamos?

- Sí.

Manoel le da un casco y ella se sube a la bici y se dirigen al camino del centro comercial de la ciudad que abrieron hace unos meses.

Cuando llegan, Manoel deja la moto en el aparcamiento y entran en el "centro comercial".

Coge a Nayara de la mano, ella sonríe y Manoel dice:

- Espero que disfrutes del paseo.

Nayara sonríe y dice:

- Contigo cualquier lugar se vuelve más hermoso.

Caminan de la mano hasta que se detienen frente a una heladería. Entonces decide comprar dos batidos: uno con maltina de huevo y otro con nata y se dirigen a las escaleras mecánicas para llegar al cine.

Cuando llegan, se dan cuenta de que la cola es bastante larga, pero aun así no se rinden y esperan hora y media a que les atiendan.

Cuando les llega el turno, Manoel pregunta:

- Hola, buenas noches. ¿Todavía tienen entradas para la película Buscando a Dory?

- Un momento, por favor.

El hombre de estatura media que aparenta unos cincuenta años, calvo, mira el ordenador para ver si están disponibles y dice:

- Hay una sección en cinco minutos para esta película. ¿Cuántas entradas desea?

- Dos entradas, por favor.

El hombre entrega las entradas y dice:

- Son dieciséis reales.

— Aquí tiene.

- Gracias, señor. Buena película para ti.

Los dos pagan la entrada y se dirigen a la sección cuatro, que es donde se proyectará la película.

Al mirar el reloj, Manoel se da cuenta de que ya son las nueve y media de la noche, pero aunque sea tarde, no le importa, pues quiere pasar el mayor tiempo posible con su amada.

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