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Capítulo 5

Durante los próximos veinte minutos de viaje, ambos hermanos se transformaron en una guía turística de primer nivel.

"A pesar de ser una ciudad pequeña, tenemos un montón de entretenimiento" comentó Brook.

"Tiene mucho que ver con la cantidad de personas ricas que mandan a sus hijos a la escuela militar y al instituto de señoritas de al lado" lo siguió Ezra.

"¿Es muy popular?" Halana preguntó.

Ezra se encogió de hombros.

"Al parecer está de moda, ya sabes todos los hombres quieren ser fuertes y las mujeres perfectas damas, o eso dicen".

Halana asintió para si misma, por supuesto todos buscarían la perfección.

"Solo inclúyete a ti idiota" le gritó Brook, desde el asiento del conductor.

"¿No estás interesado?" preguntó confundida.

"Para nada, era la única opción a varios kilómetros de distancia, a menos que quieras viajar una hora en auto hasta la escuela Nuevo Amanecer" Brook suspiró.

Ezra se sonrojó avergonzado, pero no podía negar las palabras de su hermano, realmente luchaba en la pista todo el tiempo por el primer lugar del curso. En un intento de cambiar de tema, señaló un edificio lejano.

Halana desde el principio había estado más interesada en el paisaje que en la conversación, por lo que su atención se vio rápidamente atraída por el complejo deportivo.

"A tu izquierda está la piscina, cacha de tenis, baloncesto, futbol, todo lo que quieras puedes encontrarlo" Ezra hizo una pausa, al ver al chico interesado, le lanzó una sonrisa orgullosa a Brook, antes de girarse y seguir narrando "Incluso un club de golf e hipódromo" apuntó hacia otro lugar "ese café es nuestro favorito, tienen el mejor capuchino de la ciudad".

Cuando finalmente llegaron al centro comercial, prácticamente se había quedado sin saliva, bebió un sorbo de agua y continuó hablando, incluso cuando se quedaba sin nada que decir, podía hablar de las variedades de árboles y plantas en el camino, por primera vez se sintió orgulloso de su buena memoria.

"Llegamos" le gruñó Brook, en un intento de callarlo.

"Es bastante grande" comentó Halana, absorbiendo cada detalle.

Era la primera vez que veía un centro comercial, hasta el momento había tenido todo hecho a medida, jamás había necesitado salir a comprar, cada tarea era realizada por los sirvientes. Ahora viendo como las personas paseaban y reían pudiendo elegir sus objetos preferidos o simplemente pasando un buen rato, sentía que esta vida también era muy buena, definitivamente le contaría todo a su hermano mayor cuando lo viera, estaría encantado.

Recordando a su familia, la emoción inicial desapareció, reemplazado por angustia y tristeza.

"Ciudad rica, nunca es lo suficientemente grande, vamos" Ezra tiró de Ángel sacándolo de su ensimismamiento.

"Sasha se encontrará con nosotros, está junto a Samantha" comentó Brook.

Ezra gruñó molesto, su sonrisa brillante transformándose en un ceño fruncido.

Ángel miró desconcertada los rostros serios de ambos hombres que habían sido todo sonrisa desde que los había conocido.

Brook fue el primero en recobrar la postura, por miedo a asustar a su nuevo pequeño amigo, palmeó el hombro de su hermano en un intento de tranquilizarlo.

"Vamos hermano, de todas formas, no durará".

"Pero es jodidamente insoportable" Ezra se quejó, pero su rostro volvió a su aspecto relajado.

Halana caminó en medio de ambos, similar a un cachorro entre dos gigantes, aunque incómodo, a ninguno parecía importarle, los dos adolescentes caminaban ligeramente encorvados y con la cabeza hacia abajo para escucharse sobre el ruido externo.

"¿A dónde quieres ir primero?".

"¿No tenías cosas que comprar? Partamos por ahí" Brook preguntó.

Halana sacó una lista de su mochila y se la entregó.

"Veamos, útiles, ropa, libros, necesidades diarias, guau aquí hay de todo".

Halana se encogió de hombros impotente "realmente no trajimos casi nada cuando nos mudamos" aunque nunca había comprado, al ver las varias páginas de papel también se había sentido un poco intimidada.

Ezra palmeó su hombro y asintió "Es más cómodo de esa manera".

Brook miró para ambos lados de las extensas tiendas "Entonces partamos con el supermercado, es el más cercano…".

Durante las próximas horas se estuvieron deslizando de una tienda en otra, cada vez que quedaban saturados de bolsas, se devolvían al automóvil.

No fue hasta que pasaron por las vidrieras de una perfumería de lujo que se encontraron con Sasha.

El hombre era todo lo contrario a los gemelos, delgado y esbelto con un hermoso cabello rubio y ojos azules que parecían brillar bajo la luz artificial, como un príncipe elegante y delicado, aún conservaba un poco de grasa de bebe en su rostro.

Junto a él había una mujer alta y esbelta, en un elegante vestido lila que combinaba con sus aretes de diamantes y collar de perlas, cada uno de sus pasos en tacones altos estaban llenos de poder.

En el momento que el grupo se vio entre sí, los gemelos maldijeron por lo bajo.

"Mierda".

"Y aquí se va el buen humor".

Sasha se acercó con una sonrisa amable, la mujer lo siguió con el ceño fruncido, se podía ver que tampoco estaba feliz de encontrarse con los gemelos.

"Chicos, los estuvo llamando, pensé que no aparecerían nunca" Sasha fingió sollozar e intentó lanzarse a los brazos de Brook, el más cercano.

"No eran necesarios" se burló Samantha.

"Cállate" gruñó Ezra.

"Vuelvan al basurero del que salieron" Samantha atacó.

Ezra parecía como si en cualquier momento quisiera arrojarse y golpearla, sus manos se apretaban y soltaban, y su respiración ya se había transformado en gruñidos bajos. Finalmente apartó la vista y se alejó soltando "Iré a dar una vuelta".

Brook suspiró, ignorando las palabras mordaces de la mujer, se dio la vuelta hacia su amigo y alargó la mano para atraer a Halana que se había quedado en la parte trasera observando con curiosidad.

"Sasha, este es Ángel".

Dos ojos del mismo color en distintas tonalidades se encontraron en el aire, Sasha quien no estaba preparado la miró parpadeando repetidamente.

"Uh..." su boca se abrió y cerró sin poder articular palabra, la vista lo había dejado cegado.

"Hola" Halana le sonrió de forma amistosa.

"H-ho-hola" tartamudeo.

Sus mejillas se habían sonrojado y sus ojos no podían apartar la vista de cada uno de sus movimientos.

La mujer detrás de él frunció la boca molesta y la miró como si quisiera asesinarla en el siguiente segundo, Halana sin verse afectada le sonrió de vuelta, aunque no sabía que le pasaba a la mujer, ya la había puesto en su lista negra, cualquier persona que quisiera hacerle daño era un enemigo.

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