Cuando miró a las dos mujeres, Qin Yu sintió de repente un brote de repugnancia.
—Caramba Qin Yu, ahora vives en una casa tan bonita —dijo Sun Yumei mientras observaba su entorno.
Qin Yu miró a Sun Yumei con desdén: —¿Qué quieres?
—Qué dices, ¿no puedo venir a verte? —Sun Yumei respondió alegremente. El contraste en la actitud antes y después de que ella se enterara de su conexión con la familia le hizo sentirse cada vez más disgustado.
Lei Hu se hizo a un lado. Parecía incómodo, pues no encontraba el momento adecuado para intervenir.
Qin Yu se dio la vuelta y entró en la habitación. Sun Yumei lo vio y echó una rápida mirada a Su Yan. Aunque ésta era reacia, le siguió hasta la habitación.
En cuanto entraron en el salón, Sun Yumei exclamó: —¡Esta casa es tan lujosa! Es mucho mejor que la nuestra.
Qin Yu gruñó fríamente y no dijo nada.
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