Iglesia Abandonada
--Tu... como...
*Tack*
En la sala tenuemente iluminada de pie iluminada por la luz de la luna, una joven de ropas y cabellos negros, piel pálida como la porcelana y ojos rojos granate, mostraba un rostro lleno de confusión y dolor mientras alejaba el teléfono de su rostro y se giraba para ver al inesperado invitado.
Allí vestido con una simple camisa blanca, pantalones y zapatos negros, sus manos cerradas en puños goteaban sangre, entre ellas podía verse algunos trozos de vidrios clavados pero el joven hombre era indiferente a esas heridas, sus ojos azul plata miraban fijamente a la mujer de negro, su rostro al igual que la chica mostraba una profunda confusión pero en lugar de dolor había un gran arrepentimiento, miedo y afecto.
--12 de Junio...
El joven dio un paso adelante mientras pronunciaba una fecha.
--¡TU!...
Los ojos de la chica de negro se abrieron como platos y de sus ojos escaparon lagrimas sin detenerse pero sus pies seguían clavados en el suelo sin moverse, solo cubriendo su boca con sus manos reteniéndose a si misma de llamar aquel nombre.
--Fue un día lluvioso...
*Clinck*
Los puños del joven se abrieron dejando caer los fragmentos de vidrio, plástico y metal clavados en sus manos mientras estas sanaban.
--¡No... No...!
La joven gimió mientras todo su cuerpo temblaba y las corrientes de lágrimas se hacían más prominentes, llevando las manos a su pecho para controlar su corazón.
--Bajo la lluvia, a escondidas de todos, corrimos a una capilla...
La apariencia del joven cambio, su cabello negro se trono castaño y sus ojos se pintaron de un suave azul, su ropa cambio a un par de pantalones y zapatos cafés, una camisa azul a cuadros con una bata de laboratorio cubriéndolo todo, así como un estetoscopio colgando de su cuello y ligeras cicatrices se formaron sobre su rostro, haciendo tropezar y caer de rodillas a la chica de negro quien solo podía negar con la cabeza mientras lloraba conteniendo a penas su jadeo.
--Un sacerdote ebrio, una monja ciega y dos desconocidos~ fueron los testigos de aquel momento...
El joven llego frente a la chica y se arrodillo ante ella, tomando sus manos con delicadeza, con absoluto cuidado y afecto como si estuviera tocando la cosa más pura y delicada del mundo.
--Te extrañe Natasha~
Pronuncio el Medico mientras besaba las manos temblorosas de la chica, ignorando las lágrimas que escapaban de sus ojos.
--Jhoam...realmente... eres... mí... Jhoam...
--Natasha...
Ambos amantes de otras vidas se miraron en silencio, perdiéndose en la sensación de sus manos, en los ojos del otro, inundados por tantas emociones que sus bocas son incapaces de formar más palabras.
*Pasos*
--¡Intruso! ¡Hanzo-chan!
La voz aguada y enérgica de Irina resonó por todo el salón mientras cargaba contra la pareja con Mimic en mano.
--¡Irina espera!
La joven de negro salió del ensueño al ver el resplandor de luz sagrada y grito a su compañera, pero no contaba con que su amante apenas parpadear antes de extender su mano y liberar un mar de oscuridad absoluta contra su atacante.
--Natasha... mi querida... Natasha... realmente lo siento... lo siento... mucho...
Las lágrimas fluían sin detenerse de los ojos azul plata del hombre, su mirada estaba llena de alegría y arrepentimiento, dos sentimientos contradictorios que se combinaban en una triste melancolía y locura.
--No... no... no tienes la culpa Jhoam...no te culpes... no...
La chica de negro abrazo al hombre llorando sin preocuparse por su apariencia o cuidado, ella tuvo un mal presentimiento, no ella estaba segura, conocía a su (ex) esposo como la palma de su mano, es un hombre roto por la guerra, criado y formado para matar, pero que aun así tras la guerra busco salvar y cuidar las vidas que le enseñaron a quitar, es un hombre extremadamente cariñoso con quienes lograban acercarse a él y entrar en su vida, es un artista en ocultar sus emociones, un especialista en apartar su propia moralidad y ética con tal de completar su misión, un paciente psiquiátrico emocionalmente inestable, un otaku exigente, es un adicto a las galletas y al alcohol, es el hombre que la salvo de ser secuestrada, el hombre que la saco de la jaula de oro en la que su padre y familia la encerraban, es el hombre que ahora lloraba perdido en la melancolía y el dolor.
Ella sabía que el debía sentirse culpable, culpable de su muerte, de la muerte de nuestro hijo, de Rita, de los niños, del ataque al hospital... pero nada era su culpa, todo fue un accidente, una cruel casualidad, una simple tragedia.
--Yo... lo siento... no... No... Pude... protegerte... no pude protegerlas...
El hombre temblaba, todo su cuerpo temblaba como un cachorro bajo una tormenta de nieve, arrodillado en el suelo mirando al vacío.
*SLAAAAAAAAAAAAAAAAAAASH*
--¡Hanzo! ¡Chan! ¡Sal! ¡De! ¡Allí! x2
Una hoja de luz sagrada cortó y abrió una brecha en la oscuridad que los rodeaba por un instante, la voz de las portadoras de espadas sagradas se escuchó por un instante antes de que la brecha fuera llenada nuevamente por la oscuridad.
--Lo siento... Natasha...
--Ya, ya... no llores, mi amor... no llores... mira estoy aquí, estoy bien, nada ha pasado, todo está bien... todo está bien...no llores más mi amor... no llores...
La chica de negro limpiaba las lágrimas del hombre roto en sus brazos mientras las suyas caían y se unían a los suyos.
Sus ojos granates se encontraron con los azules platinados, los cuales poco a poco fueron recuperando su foco, así como su respiración se calmaba.
*GOLPES Y CORTES*
Los esfuerzos de las portadoras sagradas al otro lado de la oscuridad se escuchaban pero la oscuridad prevalecía sin apenas inmutarse.
--¿Jhoam...?
--¿Sí?
--¿Realmente eres mi Jhoam?
--Nunca espere encontrarte aquí... No con mi suerte de mierda~
--No comentare acerca de eso...
Ambos amantes se abrazaron en la oscuridad, antes de retomar su charla.
--¿Cómo terminaste aquí?
--Ángel Elfica... lanzar dardos y tararan~ heme aquí~
--Odiaste esta historia tanto que el karma te mando aquí...
--El karma es un hijo de perra... siempre lo he dicho~ ¿Y tú?
--Igual~ solo que el mío fue una ruleta... ¿Conseguiste Cheats?
--Sep~ soy parcialmente inmortal, controlo las sombras a un nivel cercano al concepto~ y gracias a este mundo de mierda tengo un Sacred Gear Lovecraftiana en el pecho.
Se encogió de hombros el hombre mientras volvía lentamente a su forma original y golpeándose el pecho.
--Oh~ bastardo suertudo... Yo solo conseguí una Fruta del Diablo, sin efectos secundarios...
--¡¿Fruta del Diablo?! ¡¿Cuál?!
--Solo digamos que estoy en camino a usar un fabuloso abrigo de plumas rosas...
--Por el amor de ODA... Tienes la Ito-Ito No Mi~
--No seas dramático cariño, tienes un poder conceptual, poderes Cthulhu y eres inmortal aunque conociéndote, debiste haber tratado de matarte más de mil veces antes de aburrirte y buscar algo en que entretenerte~
Comento la chica mientras presionaba su rostros contra el pecho del joven, buscando más de ese nostálgico calor en su abrazo.
--Correcto, me corte las arterias, me saque el corazón, me ahorque con mis propias tripas, me lance de la torre de radio, mordí los cables de alta tensión, me lance a los rieles del Shinkazen, me coloque unos lindos Nike de cemento y me lance a la bahía pero nada funciono, después me dedique a la esgrima, gane todos los torneos locales y fui señor reinante por tres años seguidos en las nacionales~ después me desvié a las peleas clandestinas he hice buen dinero, después por aburrición me convertí en demonio para matar el tiempo... Oh... mierda...
El rostro del hombre mostro un leve ceño fruncido antes de mirar a su amada y disculpares.
--Lo siento... pero te engañe... ahora mismo, técnicamente estoy comprometido con una mujer, una doctora ilegal y corredora de apuestas... una cosa llevo a la otra y ahora estoy comprometido... lo siento.
Contrario a lo que esperaba el hombre, la chica de negro no se enojó, ni ofendió, solo pudo sonreír y abrazar más fuerte al hombre.
--Me alegra, me alegra que hallas dejado entrar a alguien más en tu corazón, ya sea por lujuria, curiosidad, aburrimiento o desesperación, se cómo eres y sé que no eres frívolo, eres el hombre más fiel y cuestionablemente honrado que conozco, estoy segura de que es una gran mujer, tanto que quiero conocerla, sé que sonara egoísta de mi parte pero...
La chica de negro, Natasha Von Hanzo, limpio el resto de las lágrimas de su rostro sonrojado y miro al hombre frente a ella.
--¿Me dejarías volver a tu vida...?
Pregunto con una ligera y avergonzada sonrisa mientras miraba fijamente el rostro ahora distinto al de sus recuerdos pero que ahora veía con más amor que antes.
--No...
Respondió el joven con un rostro frio y melancólico.
--¡¿Qué?!
Grito la pobre chica de negro mientras todo su cuerpo temblaba y sus pupilas se encogían por el shock, su visión fallaba y las lágrimas amenazaban con escapar, el dolor en su pecho tampoco le ayudaba,
--No puedo dejarte volver~ Ya que nunca te fuiste para empezar~ Natasha~
Continuo el joven con una sonrisa mientras robaba los delicados labios de la sorprendida niña, quien pronto retomo el controlo y ataco con violencia los labios del joven, no había duda o inocencia en ellos dos, este era un beso entre dos amantes ansiosos y desesperados el uno por el otro, ambos buscando llenar el vacío en sus corazones.
Ambos continuaron besándose y abrazándose sin importarles la presencia de dos visitantes armadas con grandes espadas sagradas.
--¡¿QUE MIERDA PASA AQUI?! x2
Aqui tienen un poco de felicidad agridulce....ahora comenten, opinen, digan que quieren de esta historia...