Un regalo para Victoria

Mike se rio al oír eso. 

—Jajaja, eres muy atrevido. ¿De verdad te atreves a pedirme mi bestia feroz más poderosa? ¿Sabes que si dejo salir a mi bestia divina mutada, te asustarás tanto que mojarás los pantalones y no podrás ni ponerte de pie?

La mirada de Randall era firme cuando dijo: 

—Maestro, yo también he vivido durante décadas. Tengo algunos conocimientos. No seré tan patético.

Pero Mike seguía negando con la cabeza. 

—No puedes. Solo tienes el uno por ciento de mi línea de sangre dorada. No puedes controlar a mi bestia divina. Cuando se enfade, te devorará entero.

—Además, esa bestia divina es de verdad demasiado extrema. Su cuerpo es demasiado grande y llamativo. Una vez que la lleves a otros lugares, me temo que conmocionará de inmediato al mundo entero. No cabe duda que tiene la capacidad de causar el caos en el mundo.