¡Estás sucia!

La chica de los tatuajes se asustó de inmediato y no se atrevió a irse. Sin embargo, todavía se dio la vuelta y gritó: —Puedo irme o quedarme a mi antojo. ¿Qué tiene que ver contigo? ¿Por qué te importa?

Jordan se burló. Esa mujer había perdido la apuesta y trataba de escapar.

—Pensaba que las mujeres con tatuajes eran heroínas. Que serían nobles y mantendrían su palabra. Dijiste que te arrodillarías ante mí si ganaba la carrera. Je. No esperaba que fueras tan cobarde. 

La chica tatuada estaba furiosa: —¡¿Qué has dicho?! ¡Me he tatuado para estar guapa y presumir! ¿Cuándo he dicho que quiero ser una heroína entre las mujeres? ¿Quién ha dicho que quiero ser noble? ¡¿Estás loco?! Si fueras un rico heredero de la capital, me arrodillaría ante ti. Desafortunadamente, solo eres un yerno inútil que vive en la casa de su esposa. ¡Nunca me arrodillaré ante un hombre como tú!