El coche de la señorita Monroe era un Porsche Taycan blanco, que era eléctrico.
Chloe se quedó dormida nada más entrar. Apenas pudo mantenerse despierta, quizá porque estaba agotada después de tres horas de juego continuo en la tienda.
Mientras conducía, Jordan le dijo a Lauren: —Si estás cansada, deberías echarte una siesta. Te despertaré cuando lleguemos.
Lauren negó con la cabeza: —No, no tengo sueño.
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