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Guerra y Fortuna 2.258

—Esto no es real— dijo Kisuke en un tono de voz serio. Parecía que estaban en la biblioteca de la casa de la familia Bishamon, con las estanterías con libros apegadas a las paredes. Los dos sillones de un cuerpo y los otros dos sillones de tres cuerpos separados por una mesita de centro. Kiara y Viggo se habían sentado en un sillón de tres cuerpos como la vez anterior mientras Xiao y Kisuke se sentaron en los dos sillones de un cuerpo.

—¿No es real?— preguntó Viggo

—No, no es real— respondió Kisuke, estiro su brazo con la palma mirando hacia afuera y la movió de izquierda a derecha, como si moviera un objeto. Entonces la visión de la biblioteca de la casa de la familia Bishamon cambio y paso a ser la de la gran sala bajo la cúpula más grande, en la casa de Viggo en el tercer piso. Ya no estaban sentados en sillones, ahora eran cojines de colores vividos y lo que los separaba a los cuatro era una enorme mesa de madera con forma cuadrada y de baja estatura.

—¿En ese caso pudo viajar a cualquier lugar?—

—Puedes ver todo lo que aparezca en tu mente— señalo Kisuke —por ejemplo, la varita que modificas con tu esposa y las piedras de la memoria—

—¿Tú? ¿En qué momento?—

—En este momento estamos dentro de tu mente— señalo Kisuke —no te preocupes, solo podemos ver los recuerdos más recientes. Solo ayer en la mañana estuviste trabajando en la varita con tu esposa ¿No?—

—Así es—

—Bien, aclarado eso— dijo Kisuke, levantó su mano derecha con la que sostenía el abanico de papel y apunto al techo, donde se veía la cúpula. Entonces, por delante de Viggo y a dos metros del suelo apareció una enorme varita del tamaño de un adulto —en este lugar puede traer las imágenes, conocimiento y materializarlo para estudiarlo a fondo. La estructura de la varita es simple, un núcleo, piedra de la memoria y armazón— entonces la varita se desmonto y quedó un componente al lado del otro —puedes achicar o agrandar la imagen de cada componente. Cambiarlo y probar con diferentes elementos. No es necesario tener el objeto físico, solo tienes que pensar en la activación y de eso saldrá un resultado— cuando Kisuke termino de decir las palabras la varita se volvió a reensamblar. Una vez lista, emitió un brillo como si fuera rellenada con mana y en la punta de la varita se creó un círculo mágico con la runa de sowelu en su interior "S". Del círculo de mágico salió una enorme bola de fuego de dos metros de altura y voló a la distancia estrellándose con una muralla. Ocurrió una gran explosión, se rompió la muralla, cayeron los escombros y el fuego se dispersó en todos lados.

Hubo calor como reacción y Viggo cubrió a Kiara para que no lo alcanzara. Sin embargo, cuando abrió los ojos, supo que no hubo daño. Solo fue la ¿imagen?

Kisuke tomo el abanico, lo cerró y golpeo la mesa varias veces llamando así la atención de todos —el daño es real, pero a su vez es imaginario ¿Qué quiere decir? Que cuando pruebes algo aquí tendrá los mismos efectos que en el mundo real, sentirás dolor si el experimento sale mal, pero solo será la sensación momentánea. Trata de tener cuidado, no creo que seas aficionado al dolor—

—Entiendo— dijo Viggo —es un regalo muy útil—

—Útil es quedarse corto, Viggo— dijo Xiao con el ceño fruncido —esto te permite diseñar y estudiar todo lo que tú quieras, luchar contra los enemigos que tu desees y simular diferentes futuros. Esto es algo muy valioso— miró a Kisuke con su rostro anciano y las miradas se encontraron —¿Por qué?—

—Solomon y los otros no son normales, "Xiao"— dijo Kisuke —si Viggo va a ser el padre de aquellas almas, deberá ser alguien excepcional o será destrozado por las expectativas de sus hijos. Lo peor que le podría pasar es quedarse sin respuestas. Ya sea para su familia, para el mundo o el futuro—

Viggo tomo una profunda respiración y movió su mano como si empujara algo a la izquierda. Entonces la visión de todo cambio y se transformó en la imagen de la montaña de meditación, dentro del cuadro pintado. Todo se sentía solitario, salvo por el árbol de durazno en una esquina del pico de la montaña. Un espacio muy pequeño en donde todos tuvieron que acercarse para no caerse.

—¿Cuánto es la proporción del tiempo?—

—Un segundo es un día. Eso quiere decir que seis minutos son iguales a un año— dijo Kisuke con una sonrisa astuta —ten cuidado, estar aquí puede volverse adictivo—

Sin embargo, diferente de lo que pensaba Kisuke, Viggo tuvo miedo y su "cuerpo" reacciono tiritando. Esto era más que un regalo, era como tener todo el tiempo del mundo para fortalecerse ¿Fortalecerse? Se preguntó Viggo. Miró a Kisuke y preguntó —¿Esto genera algún cambio en mi cuerpo físico?—

—No, imposible— dijo Kisuke con una sonrisa como si la sola pregunta le hiciera gracias —incluso si estuvieras un año, solo serían seis minutos en el mundo físico. Lo siento, pero no existe algo tan conveniente—

—Viggo— protesto Kiara —esto ya es un buen regalo, no seas malagradecido. No es algo normal, incluso yo no te puedo entregar algo así, perdón—

—No, Kiara— respondió Viggo —no es tu culpa, tú hiciste bien— él miró a Kisuke y añadió —lo que pasa es que mi amigo encontró su mina de oro y la está cuidando lo mejor posible—

—Solo es una pequeña inversión— dijo Kisuke llevando su mano a su sombrero y agachando la mirada —si el padre es bueno, los hijos serán mejores. Eso es todo, puede que, si Viggo lo hace lo suficientemente bien, haya alguno que pueda ir más lejos que el propio Viggo o su amoroso padre, empalador de primordiales—

Viggo hizo una sonrisa incomoda y miró a otro lado. Soltó un suspiro y preguntó —¿Cómo salgo de aquí?— preguntó

—Solo tienes que pensar en ello—

Viggo tomo una profunda respiración y abrió los ojos. Entonces se vio a sí mismo sentado en el trono mientras los tres primordiales lo miraban desde tres metros de distancia. Viggo se levantó, le dio la espalda a los primordiales y miró el trono como un juguete demasiado conveniente y divertido. Sin embargo, recordó lo que dijo su amorosa esposa Semiramis. Se preguntó si debía guardar el secreto, pero negó. Mentirle a alguien que vive y duerme contigo a diario sería algo estúpido. Ella sería la primera en saber que le estaba mintiendo. Viggo soltó un suspiro, va a tener que inventar una muy buena excusa para ella y sus otras esposas.

Viggo extendió su mano derecha hacia adelante para absorber el trono dentro de su anillo, pero no funciono. Lo intento varias veces, miró su anillo, lo reviso por todos lados, se lo saco de la mano y se puso el anillo en la otra, pero nada funcionaba. Finalmente, Viggo se dio la vuelta y quedó mirando a Kisuke —¿Solo se puede mover con las manos?—

Kisuke soltó una risotada mientras se agarraba el estómago. Sin embargo, al ver que Viggo fruncía el ceño en un completo gesto de enojo, Kisuke se calmó, lo miró con una amplia sonrisa y levanto el abanico en su mano derecha para abanicarse —tienes que verter tu sangre y canalizar la fuerza de tu alma—

Viggo miró a Kiara y a Xiao, quienes estaban de brazos cruzados. Ellos asintieron, pero a destiempo. Viggo negó con la cabeza y les dio la espalda. Miró hacia el fondo, por donde estaba el pasillo y utilizo su clarividencia para mirar por si alguien venia, pero no. Si alguna de sus esposas lo veían cortándose y derramando sangre sobre un trono de mármol no iba a saber que excusa darles.

Viggo tomo una profunda respiración, después materializo su espada del caos en la mano izquierda.

—Tiene que ser una buena cantidad de sangre y al mismo tiempo tu fuerza del alma. Si te desangras hasta morir y no logras nada, será tu problema— dijo Kisuke

Viggo miró hacia atrás y vio a Kisuke mirándolo con una sonrisa burlesca. Viggo frunció el ceño, pero Kiara y Xiao miraban a Viggo con seriedad, así que supuso que todo esto estaba bien, solo paso que Kisuke era algo burlesco. Viggo acercó su mano derecha al borde filoso de la espada del caos. Ni siquiera fue necesario hacer fuerza, solo un movimiento suave y superficial para que la carne de la palma de su mano se abriera como un gran labio sangrante. Viggo puso su mano sobre el respaldo del trono de mármol blanco dejando una mano roja que poco a poco empezó a escurrir una línea roja.

—Dije una buena cantidad de sangre y tu fuerza del alma— repitió Kisuke a las espaldas de Viggo. Este último giro su cuello, lo miró y asintió. Entonces canalizo su fuerza del alma y sintió como si el trono de mármol blanco fuera una esponja y absorbiera su energía. Sin embargo, mantuvo el control de su energía y la fue trasmitiendo poco a poco. Después acercó la espada del caos en su mano izquierda y la paso por encima de su muñeca, desparramando más sangre. Después de treinta segundos Viggo se empezó a sentir mareado, pero de repente sintió como una especie de calor entro en su cuerpo y algo fresco como el hielo en su frente. Entonces, al ver el trono, se dio cuenta que había desaparecido.

Viggo guardo la espada del caos dentro de su alma y sacó la botella de estus de su anillo. Le dio un profundo sorbo y sintió su mente más clara. Entonces miró su mano derecha y vio como el corte en la palma de la mano y en la muñeca se cerraron.

—Eso fue molesto— dijo Viggo

—Omedetou goazimasu— dijo Kizuke con una amplia sonrisa —ahora eres dueño del trono del soberano. Espero que le des un buen uso, Viggo Dragonroad—

—Le dará un buen uso, Kisuke— dijo Kiara en un tono de voz desafiante. Ella camino hasta Viggo y lo quedó mirando a la frente.

—¿Qué? ¿Hay algo mal?— preguntó Viggo

Kiara sonrió con suavidad y acercó sus finos dedos acariciando la frente de Viggo —te queda bien—

—¿Qué cosa?—

Kiara soltó un suspiro e hizo aparecer un pequeño espejo en su mano. Se lo presto a Viggo y se lo mostro. Viggo tomo el espejo y miró sorprendido —que rayos— dijo —¿Por qué?—

Viggo tenía un punto rojo entre las cejas. Él miró a Kisuke, pero esta vez él no reía como en las otras ocasiones.

Kisuke se quitó el sombrero y le dijo —el ojo de la mente, algo que solo el rey de los dioses debe poseer. Espero que puedas ver el mundo con sabiduría, Viggo Dragonroad—

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